El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, concluyó una visita a China que tuvo como resultado la firma de varios acuerdos y el logro de consensos para revitalizar los vínculos bilaterales.
Desde el jueves el dignatario suramericano sostuvo reuniones con autoridades, empresarios y sindicalistas del gigante asiático, y en todas ratificó la voluntad de su Gobierno de dinamizar la asociación estratégica integral con el objetivo de asegurar mayores beneficios para ambas partes.
El encuentro con su homólogo, Xi Jinping, terminó con una declaración conjunta que recoge las pautas para consolidar el trabajo en lo económico-mercantil, pero también en lo político, social y medioambiental.
Según el texto, los dos mandatarios llamaron a ampliar en ambas direcciones los flujos comerciales, las inversiones y la cooperación de ganancia compartida en áreas como la infraestructura, transición energética, logística, minería, agricultura, comunicaciones y alta tecnología, entre otras.
Decidieron unir fuerzas en investigaciones e iniciativas que ayuden a encarar el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, así como avanzar hacia el desarrollo sostenible y la economía baja en carbono.
Con ese fin, establecerán un grupo específico dentro de la Comisión de consultas bilaterales de alto nivel Sino-Brasileña.
Igualmente, coincidieron en estrechar nexos en materia de turismo, cultura y educación por su importancia para fomentar el conocimiento mutuo.
Xi y Lula abogaron por aprovechar mejor el peso de sus países y tener más coordinación en plataformas internacionales como la Organización de Naciones Unidas (ONU), el G20 y el grupo Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) en función de defender el multilateralismo, la justicia y la igualdad global.
Entre otras cuestiones, resaltaron el rol del foro China-Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) y expresaron apoyo a la expansión de la membrecía del Brics, ante el creciente interés de distintas naciones por integrarlo.
La declaración conjunta, igualmente, mencionó que los dos presidentes discutieron el conflicto Rusia-Ucrania, coincidieron en la necesidad de priorizar el diálogo y la negociación para ponerle fin, y consideraron vital que más países contribuyan de forma constructiva para hallar una solución.
Aparte de emitir ese documento, al cierre de su encuentro presenciaron la firma de 15 acuerdos bilaterales.