El medio ambiente da a diario su mejor melodía a los hombres de buena voluntad, preservarlo constituye una tarea vital
Cuando vi la película Dos mil doce, meditaba, entre otras cosas, en la
arrogancia del hombre concentrado en la búsqueda de fórmulas caras para
“salvar”, NO a lo más valioso de sus semejantes, sino, a quienes
desembolsaban sumas millonarias para preservar, su vida, y su colección de
coches de lujo.
Por ahí andan algunos queriendo colonizar la luna. ¿Qué fue de la sensatez del
hombre, por qué no centrar las mentes, los capitales y los esfuerzos en
preservar lo que queda? Al paso que vamos, claro que la tierra va a
desaparecer, una tras otras se han violado las leyes de la naturaleza, y se
ignoran los acuerdos para protegerla.
No puedo olvidar un proverbio Azteca que refiere que ‘La tierra será lo que son
sus hombres” y, con el orden económico impuesto después de la Segunda
Guerra Mundial, quienes, representan a los más de ocho mil millones de
habitantes del planeta, solo han podido demostrar cómo conducen al mundo a
una situación insostenible.
Quizás como el hombre de negocios del Pequeño Príncipe, que sólo tenía
tiempo para contar su dinero, algunos creen disponer de un largo período
para enfrentar el problema, pero los acontecimientos señalan que el tiempo
terminó y ha comenzado el conteo regresivo.
El principito habla de un astrónomo turco que descubre un asteroide, y no le
creyeron, porque fue con su ropa tradicional. Un tiempo después apareció en
el mismo sitio, con un elegante traje al hábito occidental, y le entendieron.
Ante esta disyuntiva, Cómo habrá que vestirse? Cómo hacer para que los
poderosos e influyentes del Planeta, crean a quienes se desvelan por
preservar a esa especie ya en peligro de extinción que es el propio hombre.
La repuesta tiene que ser rápida, inmediata y con el protagonismo de todos
los habitantes. El reclamo a los mandatarios más reacios para que asuman
una actitud consecuente ante los problemas globales y la lucha unida para
preservar la vida no puede esperar.
Solo así el entorno dará su mejor concierto, su música se esparcirá en el
viento y la alegría de vivir en un ambiente sano inundará todos los rincones de
la tierra.