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Necesario elevar la cultura del comercio

Aunque desde la óptica educativa en Cuba se perciben notables índices de enseñanzas, soy del criterio que, en materia de cultura comercial, aún resta mucho por aprender.

Ya sabemos que la práctica es el mejor ejercicio de la verdad, pero cabe conceptualizar que con interés y ordenamiento se logran mejores resultados, o al menos el cauce del objetivo es alentador.

Por estos tiempos cuando en los nuevos actores económicos se emite una visión de suma efectividad en sus operaciones, digamos MIPYMES y Cooperativas No agropecuarias, tal parece que el campo de la Empresa Estatal Socialista permanece sumido en un lento movimiento para su total despegue, hecho que no es así, porque ejemplos existen múltiples, solo es necesario generalizar en su aplicación brillantes ideas y desterrar, como dijera el Presidente Miguel Díaz-Canel, el bloqueo mental que nos azota.

Claro que, para el complemento de lo expuesto, como denominador común debe primar la superación individual y agrupada, de quienes de una forma u otra guardan relación con las vertientes productivas del país.

Ahora que se gesta una prioridad encaminada a establecer meros cambios en el sector del Comercio, la Gastronomía y los Servicios, no puede existir mejor respuesta que la que se palpa, aunque aún aisladas, en determinadas unidades del estado de la isla, pero reitero, el nivel de apreciación y ejecución de factores aun no es dinámico y no siempre esclarecedor.

                                               

Les explico: con frecuencia escuchamos decir a directivos que el plan de la entidad establece vender millonarias cifras para sobre cumplir compromisos asignados, error de interpretación, porque usted no vende dinero, lo correcto sería explicar el nivel de gestión que se realiza en virtud de resultados productivos, y de esta forma por concepto de ventas recaudar pretendidas cifras millonarias.

Ahora bien, las proyecciones tampoco pueden estar encaminadas en recaudar a cualquier costo, y es la causa por la que hoy se habla de transformaciones, pero con calidad. No podemos olvidar que la diversificación, no está reñida con el buen servicio.  

Una mirada acerca de esta naturaleza, la podemos encontrar en Ciego de Ávila, provincia de larga tradición en la rama, pero que tras varios años deprimida por diversas causas, ahora con las novedosas medidas y el sentido de pertenencia que les asiste, se reaniman las ansias de hacer a través de múltiples facetas.  

La apertura de establecimientos y el rediseño de otros ya condicionados, pero ahora con toques muy contemporáneos, sin dudas brindan un atractivo entorno, sólo que el reto mayor en busca de la mejor complacencia hacia el cliente, sin dudas está en dar solución al controvertido tema de los altos precios.

No obstante, con mirada del buen servir, demos loas a quienes, contra viento y marea, con amor y dedicación interactúan en el maravilloso mundo de la comercialización estatal y privada, demostrando que juntos pueden confluir y obtener dividendos sin tener que afectar al extremo, los bolsillos del pueblo.

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