A pesar de todas las carencias del momento que vive el país, siempre hay personas que suman y, más que un cliché, es un hecho del que pude ser testigo hace pocas horas en la reparación de la avería en la conductora de 800 milímetros, que afectó el abasto de agua a más del 80 por ciento de la población en la ciudad cabecera.
Durante más 48 horas ininterrumpidas en esta tarea, demostró la labor titánica la de estos modestos hombres de las brigadas de acueducto y alcantarillado, de la Mipyme de Reparaciones Hidráulicas “Bécquer”, el Contingente Cuito Cuanavales, y los trabajadores de la línea de producción de Accesorios de la empresa CiegoPlast, quienes se dieron a la tarea de construir la pieza dañada.
Gente hecha para los momentos urgentes, para los momentos que el pueblo los necesita; con una gran cuota de entrega personal para el crecimiento colectivo enfrentando cada desafío.
Esta es la gente que sobre todas las cosas aman a Cuba, los que se entregan en cuerpo y alma al servicio para el bien de todos, sacando el mayor provecho de la fuerza más formidable y poderosa de la Revolución, la Unidad.
No sé necesita un nombre que los distinga, pueden llamarse Carlos, Manuel, Juan, Chicho, Néstor, porque estos hombres están en el grupo de los necesarios, de los que piensas como país.