La lluvia es fuente de vida, no sólo para el beneficio de las cosechas, pues además, llena presas, lagos y ríos, recarga los acuíferos subterráneos y provee agua para humanos, plantas y animales.
Pero cuando llueve desmedidamente, por encima de los niveles razonables, entonces se convierte en un peligro para la salud y la vida de las personas.
Tras ciclones y temporales, las aguas de consumo se contaminan y provocan enfermedades, de ahí que las autoridades sanitarias hagan un llamado a extremar precauciones al respecto.
Especialistas de Higiene y Epidemiología recomiendan que en esta temporada se hierva el agua de consumo humano y explican: “Al hervir el agua se matan las bacterias y parásitos nocivos y se debe mantener el agua a temperatura de ebullición durante por lo menos un minuto para matar la mayoría de los organismos infecciosos”.
También la cocción de los alimentos debe ser más cuidadosa y las frutas y vegetales deben lavarse bien antes de ingerirse.
Una de las enfermedades más común en época lluviosa es la diarrea, provocada por las bacterias de las aguas contaminadas y crea un problema de salud en las comunidades, con alto índice de prevalencia.
Además, el agua lluvia estancada es propicia para la cría del mosquito Aedes Aegypti, agente transmisor de virus como el del Chikunguña, el Dengue y el Zika.
Entonces se requiere la destrucción de estos criaderos en casas, centros de trabajo, lugares públicos y donde quiera que se localice ese peligro.
Cumplir las orientaciones sanitarias garantiza que se minimicen los daños de las inundaciones y dejar que la lluvia constituya beneficio más que daño.