Gloria Castillo Benítez, es de las personas que hace suya la egida Martiana  de que “El verdadero hombre no mira de qué lado se vive mejor, sino de qué lado está el deber” por eso acudido al llamado de la solidaridad; y es una de las dos mujeres que se sumaron al contingente  de trabajadores del sector eléctrico de la provincia que prestó servicio en la región occidental de Cuba tras el azote del huracán Ian.

Lejos de la comodidades del hogar, de los cálidos abrazos de su nieto, del  cariño de la familia, y su zona de confort, vivió 49 días en desconocidos parajes con mínimas condiciones, pero conoce lo importante de su tarea y precisa colaboración, ese es su lugar, así lo siente con los más necesitados con los que todo lo perdieron.

“No es fácil, en una noche ver todo el trabajo de una vida para adquirir las cositas y hasta la casa y en un abrir y cerrar de ojos perderlo todo”, aún con el recuento de lo vivido sus ojos se llenan de lágrimas

“Creo que no hay palabras para describir la devastación, pero si el recibimiento al Contingente, por parte de los vecinos en el pinareño municipio de San Luis, gente humilde que nos acogió con alegría sabían que nuestra misión era devolverles la corriente”.

Merecedora de medalla 23 de agosto máxima distinción que otorga la Federación de Mujeres Cubana, está sencilla mujer digna Mariana de su tiempo lleva en la memoria el gesto agradecido y atesora el reconocimiento de un pueblo.

“Estuve en Baracoa y ahora en la Habana y Pinar del Río, siempre regresaré a formar parte del contingente, donde me necesiten ahí estaré”