La sencillez y el talento caracterizan a este joven de lacios cabellos, piel blanca, escasa barba y compresible mirada, que encontramos cada día en franco enfrentamiento con el factor tiempo para lograr cumplir sus múltiples responsabilidades.
Aunque nació en Florencia, hijo de madre de ese territorio de bellos paisajes y padre procedente de la tierra de los bandos azul y rojo, con solo 5 años Alexis Moya Rodríguez, debido a funciones laborales asignadas a su padre, un buen día llegó al poblado de Majagua.
Aquí el más tierno retoño de la familia Moya Rodríguez desarrolló una activa etapa de estudiante tanto en la primaria, así como en los siguientes niveles para ser acreedor de importantes reconocimientos, entre ellos el ingreso a la Unión de Jóvenes Comunistas cuando solo tenía 14 años de edad.
Después vendrían otros significativos momentos para la vida de este joven interesado siempre por la superación, su ingreso al Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas y posteriormente a la Universidad Ignacio Agramonte, de Camagüey, donde el trabajo de la FEU encontró en este estudiante de ingeniería eléctrica a un activo dirigente.
En ese propio centro de altos estudios tuvo el honor de integrar el reducido grupo de discípulos y docentes acreedores del sello Aniversario 50 de la agramontina institución. Y allí también conoció a la alumna de medicina veterinaria Mayly Payan Rego, quien se convertiría en esposa y madre de sus 3 hijos, Alyz, de cinco años. y los jimaguas Alek y Asly, de 4 meses de nacidos.
Alexis Moya Rodríguez, poseedor del sello Forjadores del futuro, recuerda también con mucho cariño sus funciones laborales en el sector eléctrico, primero en Ciego de Ávila y luego en Majagua, donde la Unión de jóvenes Comunistas requirió de su talento y sencillez en función de la atención a la FEEM y a los jóvenes de los sectores campesino y obrero.
No dejar nada para después e impregnar en cada tarea que ejecuta la muestra de esa responsabilidad inculcada desde la cuna, es la mayor satisfacción que experimenta este joven de nuestros días en su contante enfrentamiento al factor tiempo, del cual siempre logra salir victorioso.