China denunció hoy que los ciberataques conducidos por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA, por sus siglas en inglés) dejaron consecuencias nefastas en el mundo e incluso estuvieron detrás de muchas revoluciones de colores.
Un reporte del Centro nacional de Respuesta a Emergencias por Virus Cibernéticos y la empresa de seguridad informática Qihoo 360 reveló que dicha entidad instigó los disturbios en lugares como Ucrania (2014), Taiwán y Myanmar (2007) e Irán (2009), y además contribuyó al derrocamiento de al menos 50 gobiernos legítimos.
Expuso con ejemplos cada uno de los pasos aplicados durante años para desde internet y los medios de comunicación masiva promover el descontento, la desobediencia civil y las revoluciones de colores en múltiples territorios.
Mencionó el uso por parte de la CIA desde 2011 de sistemas espías para monitorear información sobre infraestructura, el sector aeroespacial, instituciones de investigación científica, la industria petrolera, compañías tecnológicas y entidades gubernamentales de distintas naciones.
Acusó a la agencia norteamericana de aprovecharse de las vulnerabilidades, brechas y redes traseras para proceder con sus intervenciones contra servidores, terminales, routers y equipos industriales.
El texto se refirió al lanzamiento de troyanos y otras herramientas malignas que se infiltraban en los blancos sin ser detectadas por largo tiempo y le permitía a la CIA acceder fácilmente a datos sensibles de cualquier país en todo momento.
En el caso de China, sugirió inspeccionar lo antes posible los dispositivos y las redes vinculadas a los archivos confidenciales y gradualmente establecer un sistema de defensa a largo plazo para prevenir y controlar la penetración con programas avanzados.
El año pasado el gigante asiático reveló un ciberataque de Estados Unidos contra el sistema de correos electrónicos de la universidad politécnica de Xi´an (noroeste), famosa por sus estudios sobre aviación y el sector aeroespacial.
Según se supo, la Agencia estadounidense de Seguridad Nacional (NSA) incluyó al Suctionchar entre las 41 herramientas destinadas a robar información y datos sensibles de los profesores y alumnos del centro académico.
Los hackers norteamericanos enviaron mensajes con supuestas propuestas de viajes, materiales científicos y proyectos de tesis internacionales, pero en realidad contenían troyanos con el propósito de robarles datos e información personal.
El ataque se realizó bajo el código shotXXXX, involucró a otros cuatro departamentos de la NSA dedicados a las telecomunicaciones y a medio centenar de servidores distribuidos en 17 países, incluido Japón, Corea del Sur, Suecia, Polonia y Ucrania.