Cuando al tío Reinaldo la chiquillería le revolcaba la mercancía, al primo Arístides los amínales ajenos le destrozaban la cosecha, o el matrimonio de Pelencho y Adelfa discutía hasta irse a las manos, en el batey se decía que había que dejarlos tranquilos, porque habían cogido el monte
Con ello se daba a entender que el tal había perdido la paciencia y estaba exasperado. En realidad, la frase se remontaba a la época de las guerras de independencia, cuando alguien huía a la manigua y tomaba las armas contra España.
En aquellos tiempos de contrariedades, coger el monte era lo más normal del mundo. Bastaba cualquier contratiempo para que sucediera. Recuerdo que Cuquita cogía el monte siempre que la mortificábamos a causa de las inconstancias de su novio del pueblo.
También la muestra se incomodaba y cogía el monte cuando alguno de nosotros se portaba mal; al punto de sacarla de quicio. No obstante, al menos ella tenía el desquite autorizado de propinarnos una buena zurra cuando se justificaba hacerlo.
Con quien casi literalmente cogió el monte fue el guajiro Machito Gamboa durante el machadato, cuando tuvo la ocurrencia de hacer explotar un par de petardos al paso del político de turno y de los místeres del central, durante una de aquellas campañas electorales de entonces.