Aunque terminó en la octava posición llegó hasta los 17,34 metros, un registro que no había conseguido este año
A pesar de conseguir su mejor marca de la temporada, el cubano Lázaro Martínez no logró acercarse hoy al podio del triple salto en el certamen de atletismo de los Juegos Olímpicos, que sigue generando emociones y récords desde el majestuoso Estadio de Francia, en las afueras de París.
El guantanamero, finalmente octavo en el ordenamiento, se estiró esta vez hasta 17,34 metros en su tercer intento, pero en jornadas como estas necesitaba más para pelear por premios.
Tuvo mérito su desempeño, porque tras una discreta fase clasificatoria (16,70) no se amilanó en la batalla con quienes partían como favoritos, dado su liderazgo en la campaña, con brincos mayores de 18 metros.
El nivel de la competencia resultó tan alto que los ocupantes de los nueve primeros puestos consiguieron vencer la barrera de los 17 metros, encabezados por un trío de cubanos que representan a otras naciones.
El mejor de la noche fue el joven Jordan Alejandro Díaz, quien vistiendo los colores de España se llevó la corona en su primera presentación bajo los cinco aros, con marca de 17,86 metros.
Con dos centímetros menos se aseguró el segundo puesto Pedro Pablo Pichardo, otra vez con Portugal, quien llegó a la Ciudad de la Luz para defender su reinado de Tokio 2020. Y representando a Italia accedió a la medalla de bronce Andy Díaz, gracias a un estirón hasta los 17,64 metros.
A Lázaro se le vio mucho menos presionado que cuando buscaba 48 horas antes un puesto entre los finalistas. La apertura de su secuencia con 17 metros exactos le aportó la tranquilidad necesaria y su tope en la competencia le dejó con el registro mínimo exigido para asegurar presencia en el campeonato mundial del próximo año.
«No tenía realmente buenas marcas este año y tampoco tuve buenos resultados en la temporada invernal. Solo me quedaba prepararme mejor para esta competencia», aceptó en rápido encuentro con la prensa, a la que comentó sobre la presión que generan siempre las fases clasificatorias de grandes eventos y sus valoraciones sobre lo sucedido en la disputa de las medallas.
«Ellos han venido mostrando desde hace rato que están bien. Desde el campeonato europeo se veía venir este otro gran duelo, por eso las grandes expectativas», comentó.
«Estoy contento porque hice aquí lo mejor del año. Tengo medallas en mundiales, pero me falta la olímpica y hoy no pudo ser… trabajar pensando en Los Ángeles», expuso para ratificar que piensa mantenerse en la élite de la especialidad.
Con este resultado se despidió de París la armada cubana del Deporte Rey. El cierre sin medallas merece un profundo análisis, porque más allá de algunos resultados puntuales, como el cuarto lugar de la triplista Liadagmis Povea, la mayoría quedó lejos de sus posibilidades o proyecciones de cara al certamen.
Durante cuatro años más se extenderá la “sequía” de títulos cubanos en el campo y pista de las justas bajo los cinco aros, que comenzó desde la edición de Pekín 2008, cuando se coronaron el vallista Dayron Robles y la martillista Yipsi Moreno (medalla reasignada años más tarde por un caso de dopaje).
LATINOAMÉRICA FELIZ
Toda Latinoamérica celebró este viernes el resultado de la final olímpica de 400 metros para mujeres, después que Marileidy Paulino se convirtiera en la primera dominicana con un reinado a este nivel.
La alumna del cubano Yaseen Pérez “voló” en la vuelta a la pista para detener los cronómetros en 48.17 segundos, desde ahora nuevo récord olímpico. De esa forma la quisqueyana se apoderó del premio que le faltaba, pues en Tokio 2020 debió conformarse con la presea de plata que luego complementó con la corona universal.
La jornada recogió otros desenlaces espectaculares, como el tercer cetro a la cuenta de la belga Nafissatou Thiam (6 880 puntos) en el heptatlón, un hecho inédito en la prueba más exigente que se celebra dentro de los estadios.
En la impulsión de la bala la joven alemana Yemisi Ogunleye aprovechó su última oportunidad para llevar al implemento hasta los 20 metros, única forma de desbancar a la favorita neozelandesa Maddison Lee-Wesche (19,86).
A su vez, la cuarteta femenina de Estados Unidos dominó el relevo 4×100 metros, en cuya versión para hombres quedaron descalificados sus compañeros y los canadienses, con un magistral cierre de André de Grasse, se adueñaron del trono.
Como colofón de la antepenúltima jornada del atletismo olímpico, el estadounidense Rai Benjamin se mostró inmenso en los 400 metros con vallas para dejar sin opciones al noruego Karsten Warholm, monarca defensor y recordista mundial.
Benjamin (46.46) igualó su mejor registro de la campaña, algo inalcanzable para para Warholm (47.06) y el brasileño Alison Dos Santos (47.26).