Rendir homenaje a los trabajadores del sector de la Salud debe ser un sentimiento diario, por lo que su labor incide en la vida de las personas; pero cada año se marca una jornada especial que ya se desarrolla, con énfasis en este 3 de diciembre, Día de la Medicina Latinoamericana.
Una marcada vocación de servicio a la humanidad es el sentimiento que mueve a las mujeres y los hombres que se dedican a la noble profesión en el sector de la medicina.
Ellos tienen el privilegio y el compromiso de estar más cerca del ser humano, porque son los encargados de restablecer y preservar el más preciado tesoro que posee el ser humano: su salud.
En distintas especialidades: médicos, personal de enfermería, laboratoristas, técnicos…, son imprescindibles en la sociedad para dotarla de bienestar y felicidad.
El personal médico cubano ha demostrado al mundo su esencia internacionalista, cuando miles y miles han llevado la asistencia médica a lo alto del Himalaya, a las selvas, a comunidades indígenas, a ciudades y poblaciones en situaciones de paz o guerra, bajo intenso frío, en tareas de ayuda tras sismos y catástrofes naturales, y en cualquier lugar de la geografía que se le necesite.
Cada 3 de diciembre se celebra el Día de la Medicina Latinoamericana, para homenajear al sector, coincidiendo con el natalicio del sabio cubano Carlos Juan Finlay y Barrés, nacido en Camagüey, en 1833, quien descubrió del agente transmisor de la fiebre amarilla.
Y ahora, en momentos en que el país atraviesa una difícil situación económica, se agradece mucho más a quienes han apostado por quedarse junto a su pueblo, sorteando carencias materiales, de medicamentos y medios de diagnóstico, para continuar salvando vidas.
Decididamente no hay obra mayor que la que se involucra con la salud y la vida de las personas, es por eso que quienes ejercen con eficiencia y conciencia las distintas especialidades médicas, están en un escalón alto de la dignidad humana.