La rehabilitación de formaciones vegetales en el humedal costero del sur de la povincia de Ciego de Ávila, como parte de las acciones del proyecto internacional Mi Costa, permitirá conservar la diversidad biológica y fortalecer la resiliencia al cambio climático.
Alejandro Gónzalez Díaz, coordinador de la referida iniciativa global en el territorio avileño, declaró a la Agencia Cubana de Noticias que esa tarea, a cargo de trabajadores de la Unidad Empresarial de Base Agroforestal del municipio de Venezuela, se ejecuta a partir de un cronograma que posibilitará la transformación progresiva de 673 hectáreas de manglares, 835 de bosques y similar cantidad de herbazales de ciénaga.
El área próxima a la zona reconocida como El Dragado, en las inmediaciones de la comunidad de Júcaro, se beneficia con la eliminación de especies exóticas invasoras (EEI) que proliferaron de forma destructiva, conformando un riesgo para la estabilidad natural y los intereses de los seres humanos, explicó.
Argumentó que las invasiones biológicas constituyen un problema ambiental y el segundo motivo de extinción de especies, solo antecedido por la pérdida y degradación del hábitat, lo que representa un gran desafío para preservar la biodiversidad.
Las EEI son una grave amenaza para lo ecosistemas costeros por desplazar las plantas nativas y alterar los procesos ecológicos; en consecuencia, Mi Costa contempla acciones de manejo de la regeneración natural y plantación para recuperar la estructura, las funciones y los servicios de ese entorno.
La restauración concibe la siembra de enriquecimiento y reintroducción de especies clave de mangle, así como el manejo hidrológico, con el objetivo de asegurar la disponibilidad de agua para el desarrollo vegetativo.
Como parte del protocolo, Mi Costa se propone erradicar las EEI, contribuir al mejoramiento de la salud y biodiversidad del ecosistema costero, prevenir la reintroducción de plantas ajenas a ese ambiente, promover el uso sostenible de la biomasa derivada de las extracciones en el área y sensibilizar a los actores implicados y la comunidad con estas acciones para resguardar la biodiversidad.
La franja costera se favorecerá con plantaciones de distintas variedades de mangle (rojo, negro, yana y patabán; y en los bosques de ciénaga se prevé establecer alrededor de 60 especies nativas, incluidas varidades de júcaro, árbol identificativo del lugar, sin embargo, con escasa presencia entre la vegetación.
González Díaz destacó que la lista de especies permitidas para la plantación de enriquecimiento se elaboró sobre la base de las características específicas del ecosistema costero y consideraron criterios como la adaptabilidad a las condiciones hidrológicas y del suelo, la capacidad para prosperar en un área antropizada, la resistencia a los extremos climáticos previstos y el potencial para restaurar los servicios ecosistémicos necesarios.
El montaje de un vivero, con moderna tecnología, garantizará la reproducción de variedades de plantas nativas para aumentar la cobertura boscosa en el humedal sur, agregó el coordinador de ese proyecto internacional en Ciego de Ávila.
Como parte del procedimiento de salvaguardas ambientales y sociales, de forma previa el equipo de Mi Costa realizó estudios para identificar y evaluar el impacto potencial del proyecto en el medio ambiente y la comunidad, lo que evitará daños irreversibles al entorno y sus habitantes, además de promover un desarrollo sostenible que respete los necesidades y los derechos de las personas y el planeta.
Detectaron los riesgos potenciales para las labores de rehabilitación, a partir de los cuales establecieron los planes de manejo, protocolos y metodologías para intervenir en los diferentes espacios y componentes del paisaje, de manera que las técnicas mitiguen los probables perjuicios al ecosistema y la biodiversidad, precisó González Díaz.
Implementado por la Agencia de Medio Ambiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, con la asesoría del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, Mi Costa ha provisto los equipos, las herramientas y condiciones de seguridad para que trabajadores forestales desempeñen esas labores con la agilidad y calidad requeridas, en aras de aumentar la resiliencia del ecosistema y favorecer la adaptación al cambio climático.
En un periodo de ocho años de ejecución, esa iniciativa internacional se propone rehabilitar el humedal costero, mediante acciones de regeneración natural y asistida en manglares, bosques de ciénaga y herbazales, lo que coadyuvará a restablecer la funcionalidad del ecosistema.
Concibe el mejoramiento de áreas específicas, la reforestación con especies claves y la creación de condiciones que aseguren la sostenibilidad, contempladas medidas de protección en ese entorno.
Mi Costa contribuirá al fortalecimiento de la resiliencia al cambio climático en mil 300 kilómetros del litoral sur cubano, distribuidos en dos tramos de las zonas occidental y centro-oriental, y beneficiará a habitantes de 24 municipios, siete provincias e igual cantidad de asentamientos próximos al mar, considerando que las intervenciones propiciarán mayor calidad en los servicios ecosistémicos y, por ende, se elevarán los estándares de vida.
A la par de acciones técnicas, también dirigidas a contrarrestar la erosión costera, reducir la intrusión salina y minimizar los impactos de penetraciones del mar y fuertes vientos asociados a eventos hidrometeorológicos extremos, se desarrollará un amplio programa de capacitaciones en locales acondicionados para impartir lecciones que aumentarán la respuesta de los pobladores ante los efectos de un clima cambiante.