La estrategia de expandir el área sembrada de viandas y hortalizas en Ciego de Ávila, fue reiterada este viernes por Salvador Valdés Mesa, miembro del Buró Político del Comité Central del Partido. Este sábado, puesta a punto de la totalidad del equipamiento del Central Ciro Redondo de cara a la venidera zafra
n un momento crucial para la economía del país, la marcha de la campaña agrícola de frío y los preparativos finales de la contienda cañero-azucarera que se avecina, fueron puntos focales de la reunión de trabajo que sostuvo Salvador Valdés Mesa, miembro del Buró Político del Comité Central del Partido, con las principales autoridades y directivos de Ciego de Ávila.
No es de extrañar que el también vicepresidente de la República insistiera en la relevancia de extremar las medidas de control y en la rigurosidad de los contratos que permitan al Estado el conocimiento exhaustivo de los volúmenes de producción de alimentos en cada municipio, para luego determinar con mayor amplitud y dominio el destino de las cosechas.
Recordó el crecimiento en unas 140 000 hectáreas del área sembrada en Cuba, con respecto al año precedente, pero dijo que esa curva de ascenso debe continuar, pues la estrategia actual pasa por seguir ampliando el área plantada, aunque se alcancen rendimientos por hectárea inferiores a los tradicionales, por causa de la falta de insumos y otros recursos.
Hasta el pasado 19 de noviembre, la campaña de frío se comporta un dos por ciento por debajo de lo previsto, con afectaciones puntuales en cultivos como los de tomate (limitaciones de semilla y dificultades en los semilleros) y frijol (atrasos en el arribo de insumos).
En cuanto a los cultivos rústicos, a pesar de que exigen un menor paquete tecnológico, se comportan por debajo de la demanda, que en la mayoría de los rubros incluyen volúmenes adicionales con destino a la capital del país, como son los casos del plátano, la yuca y el boniato.
El sistema de trabajo que se sustenta en la definición y control sistemático por las autoridades políticas y gubernamentales de cuánto le falta por sembrar a cada municipio, empresa y base productiva, y que culmina mediante la verificación directa con el usufructuario, fue expuesto por Julio Heriberto Gómez Casanova, primer secretario del Comité Provincial del Partido, y Alfre Menéndez Pérez, gobernador del territorio.
Al calor de los debates, Valdés Mesa recordó que uno de los retos más importantes reside en la industrialización del procesamiento de la yuca, en tanto cultivo que suple el déficit de considerables volúmenes de importación de trigo y que hoy resulta vital en la elaboración del pan, a más de otros beneficios.
“Hoy parece una locura, pero nuestro objetivo es lograr una capacidad diaria de procesamiento industrial de 300 toneladas diarias de yuca”, explicó la máxima autoridad política de la provincia y significó el rol que en ese sentido corresponde a 98 enclaves de la industria alimentaria avileña.
Una buena experiencia atesora la Empresa Agroindustrial Ceballos, en la cual, a partir del aprovechamiento del vapor que se genera en la caldera de la industria, utilizan intercambiadores de calor para lograr el secado de la materia prima, procedimiento que suscitó el interés del visitante.
Lo cierto es que prevalecieron las buenas noticias en el cónclave, a partir de la confirmación de favorables indicadores generales, como los que manifestara Danilo Fernández Madrigal, director general de la Empresa Agroindustrial Azucarera Ciro Redondo, epicentro de la zafra venidera en la provincia y con el segundo plan de producción más elevado del país.
“Mantenemos la arrancada de la producción de meladura el 5 de diciembre, y de la zafra azucarera el 20 del propio mes”, confirmó a los visitantes Fernández Madrigal, al tiempo que informaba la realización este sábado del ejercicio de zafra, después de exitosas pruebas parciales. El objetivo inmediato es certificar las áreas listas, luego de la prueba sabatina, en la totalidad del equipamiento de la fábrica de azúcar.
Pero no se soslayaron en el intercambio aspectos puntuales que aún deben solucionarse, entre ellos, el cargador de batería en la Planta Eléctrica, la prueba del compresor y la instalación de un silicómetro para asegurar la calidad del agua que consumirá la bioeléctrica, entre otros al interior de la industria.
Valdés Mesa indagó acerca de la situación de la infraestructura que garantice la eficiencia de los cortes y el traslado de la gramínea. Si bien la mayoría de las cosechadoras de caña y los camiones están listos, están pendientes algunas labores en los centros de acopio y el mejoramiento de las vías de acceso a los cañaverales.
También se avanza en todos los procesos de la puesta a punto de la bioeléctrica aledaña al Coloso del Centro, según precisó Kaleb Cruz Cobo, al frente de la generadora de energía limpia, quien manifestó que la ruta crítica actual pasa por la cantidad de biomasa disponible para la contienda.
En cuanto al obstáculo que implica disponer de solo tres máquinas para el acopio de la materia prima, apuntó que personal de Azutecnia en el territorio trabaja para duplicar en lo inmediato ese parque.
Trascendió, además, que, desde la instancia nacional, el Grupo Azucarero Azcuba labora para poner a punto todos los equipos situados en el municipio en condiciones de aportar en los cortes del vegetal y en la búsqueda de otras variantes para ampliar ese lote de maquinarias, insuficiente en la actualidad a lo hora de garantizar el volumen de biomasa necesario para los días de zafra.
En predios pinenses, la varilla se ha situado a una altura de consideración: hacer una zafra inédita en los últimos años en Cuba, con un ingenio eficiente, en la que primen superiores mecanismos organizativos y la sincronización en el sistema de cosecha, especialmente en el traslado de la materia prima mediante los ferrocarriles.