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La paz que se aprueba y no llega

Vuelve la humanidad a querer salvar a la ONU, organización a la que la inercia y el poder del Gobierno del país sede han llevado a la incredulidad y a la inacción.

El tema palestino ha sido el mejor ejemplo de lo mucho que ha pretendido el mundo lograr algún acuerdo que se valide, respete y cumpla, de manera que no continúe la masacre de la población en una ciudad convertida en escombros por los continuos bombardeos.

Iniciativas ha habido muchas. Al Consejo de Seguridad se han llevado decenas de proyectos de resoluciones, la mayoría vetada por el «todopoderoso» Gobierno del país anfitrión.

Por eso, quizá, la gran prensa occidental no se ha hecho eco de los cinco acuerdos adoptados por la Asamblea General, de manera especial los relacionados con los derechos del pueblo palestino, especialmente los refugiados, que logró un apoyo mayoritario, mientras Estados Unidos, una vez más votaba en contra, y unos pocos gobiernos lo seguían en tal decisión.

El mundo, a través de sus representantes en la ONU, constató que tanto Israel como Estados Unidos quedaban aislados. Pero, igualmente, ni a uno ni al otro les importa, como también ignoran que cada día sigan muriendo palestinos, niños en su mayoría, ya sean víctimas de los ataques con bombas y cohetes, o por hambre y desnutrición como consecuencia de la falta de alimentos que el sionismo bloquea.

A Israel, los más de dos millones de palestinos que han tenido que vivir refugiados la mayor parte de sus vidas no le interesan, o sí, le preocupa que aún continúen allende las fronteras de la tierra palestina.

Otro tanto sucede con el Gobierno de Donald Trump, y su propuesta de que los habitantes de Gaza abandonen ese enclave y se refugien en otros países.

Estas resoluciones recientemente aprobadas, aunque simbólicas y no vinculantes como las del Consejo de Seguridad, constituyen un claro termómetro de la opinión internacional, y representan un significativo respaldo político y moral para la autoridad palestina en un contexto de continuo conflicto, según reportes de HispanTV.

De los cinco documentos adoptados, además del tema de los refugiados, uno se centra en la labor del Comité Especial para la Investigación de las Prácticas Israelíes que Afectan a los Derechos Humanos del Pueblo Palestino y Otros Habitantes Árabes de los Territorios Ocupados. En este caso, la iniciativa recibió el apoyo de 88 estados, 19 votos en contra y 64 abstenciones.

Y el quinto y último es un proyecto de resolución relativo a las colonias israelíes en el territorio palestino ocupado, incluidos Al-Quds (Jerusalén), y el Golán sirio.

Vale recordar que hace apenas dos semanas, el Consejo de Seguridad de la ONU –con bombo y platillos– aprobó –con la abstención de China y Rusia– una Resolución (vinculante) conocida como Plan para la paz en Palestina, de Trump.

Desde entonces, para el Presidente estadounidense y algunos más, ya la guerra terminó. Sin embargo, Israel sigue bombardeando Gaza, además de Cisjordania, el Líbano y las Alturas del Golán sirio.

La «paz de Trump» no ha evitado que el genocidio continúe y sigan muriendo cientos de palestinos, niños en su mayoría; se destruyan complejos habitacionales, escuelas, hospitales, y otras instalaciones civiles en Gaza y fuera de ella, además de las muertes por hambruna, mientras Israel no permite la llegada de ayuda humanitaria.

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