Hablar de ciencia en Cuba requiere páginas infinitas con un inicio dedicado al líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, quien cumpliría hoy 96 años.
El líder de la Revolución cubana fue el impulsor de un mega proyecto en el cual confluyen varias instituciones que integraron el otrora Polo Científico del Oeste de La Habana, desde donde emergen innumerables logros.
“Es un orgullo en pleno periodo especial inaugurar este centro, que no es un lujo, es una promesa de salud y bienestar para nuestro pueblo, es una promesa de ingresos para nuestra economía”, dijo durante la fundación del Centro de Inmunología Molecular de Cuba, el 5 de diciembre de 1994.
A la par, otras entidades análogas ya habían echado a andar y ahora son más de 30 las que integran el Grupo Empresarial BioCubaFarma.
Su principal objetivo constituye impulsar el desarrollo de la biotecnología, la industria médico-farmacéutica y las tecnologías de avanzada para hacer frente a problemas de salud, la alimentación, entre otros.
Desde entonces se han producido biofármacos y vacunas que se exportan a los cinco continentes.
Por solo mencionar algunos, cualquier niño cubano desde que nace es inmunizado contra 13 enfermedades, ocho de ellos se producen en la isla caribeña. La vacuna antimeningocóccica y la anti-hepatitis B recombinante, las cuales han significado un importante aporte social, económico y estratégico integran el esquema de vacunación infantil.
Por otro lado, el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) es el gestor del Heberprot-P, el único fármaco en el mundo diseñado para el tratamiento del pie diabético, cuya validación llega en la actualidad a varios países del planeta.
Del CIGB son también Mambisa y Abdala, esta última la primera vacuna de Cuba y América Latina contra la Covid-19.
Otro centro de relevancia, fundado en 1987 es el de Inmunoensayo, dedicado a la producción de juegos de diagnóstico (kits) para la investigación del VIH/Sida, hepatitis B y C, alfafetoproteína en las mujeres gestantes, determinación de hipotiroidismo en los recién nacidos, y las inmunoglobulinas E, entre otros parámetros.
Su Sistema de Diagnóstico Ultra Micro Analítico y el equipamiento tecnológico correspondiente, con 23 estuches de diagnóstico aplicables a 15 patologías, ha logrado la detección de malformaciones congénitas en bebés, dengue hemorrágico, así como la identificación temprana del cáncer de cuello de útero y de próstata.
Aquellos primeros pasos de Cuba en la inmunología y la biotecnología bajo la mirada de Fidel Castro son los que en la actualidad permitieron tener además las vacunas antiCovid-19, coinciden analistas.
A los del CIGB, se sumaron los proyectos del Instituto Finlay de Vacunas, Soberana 01, Soberana 02 y Soberana Plus.
Cuba se convirtió en el primer país de América Latina en presentar un producto desarrollado por sus científicos para contrarrestar la enfermedad y en demostrar su efectividad. La población cubana hoy presenta altos índices de vacunación y recibe en estos días la segunda dosis de refuerzo.
Esos logros palpables los avizoraba Fidel Castro en aquel discurso por el XX aniversario de la Sociedad Espeleológica de Cuba, en la Academia de Ciencias, el 15 de enero de 1960, cuando dijo que “el futuro de la Patria tiene que ser necesariamente de hombres de ciencia.