La progresiva recuperación de los bosques de manglares, resultado de la siembra y regeneración natural asistida en 25 hectáreas (ha) del litoral de Punta Alegre, en el municipio de Chambas, posibilita que ese ecosistema recobre sus funciones como reservorio de biodiversidad y protector ante eventos hidrometeorológicos.
Yamilé Jiménez Peña, directora del Centro de Ingeniería Ambiental y Biodiversidad (CIBA) y una de las coordinadoras del proyecto internacional Resiliencia Costera en Ciego de Ávila, destacó que el restablecimiento se contempla entre las principales soluciones de adaptación basada en ecosistemas (ABE).
Tales acciones son implementadas para fortalecer la resiliencia en un asentamiento costero del norte avileño vulnerable ante el cambio climático.
Recordó que los manglares son importantes barreras naturales que protegen la tierra y las comunidades costeras de tormentas y tsunamis, el aumento del nivel del mar y la erosión, además de contribuir a regular la temperatura y funcionar como sumideros del carbono disperso en la atmósfera, con capacidad de extracción cinco veces superior a los bosques terrestres.
Con la participación de los trabajadores de Unidad Empresarial de Base Forestal del territorio chambero y campesinos ganaderos afiliados a la Cooperativa de Créditos y Servicios Silvio Cantero, también reforestaron una ha de franja hidrorreguladora, mientras que en otras 27, realizaron acciones de manejo de plantas exóticas invasoras.
Las empresas de Aprovechamiento Hidráulico y Geocuba en Ciego de Ávila —agregó— desempeñaron un rol decisivo en la determinación de las áreas a limpiar en el canal El Salado, con el objetivo de restablecer el drenaje y escurrimiento natural hacia el humedal.
Ese procedimiento garantizó el aporte de agua dulce a los manglares, de manera que favorece el crecimiento y desarrollo de las plantaciones; evita probables inundaciones en una zona baja del litoral y contribuye a disminuir la salinidad en la denominada Bahía de Buenavista.
Los campesinos del área también implementan estrategias de adaptación basadas en comunidades, como otra posibilidad para contrarrestar embates climáticos, a partir de conocimientos adquiridos en espacios de capacitación promovidos por Resiliencia Costera, incluido el Centro Comunitario de Gestión de Conocimientos y Adaptación al Cambio Climático, inaugurado en Punta Alegre en el año 2022.
Se aprecian transformaciones en los sistemas productivos, asociadas a la agroecología, que reportan beneficios para el entorno, la comunidad y los productores, estos últimos con mayores oportunidades para satisfacer las necesidades alimentarias.
Nelson Martínez Moya, productor ganadero favorecido por el referido proyecto internacional, reconoce el aprendizaje de buenas prácticas para recuperar el bosque de manglar, cuya función como barrera natural protectora contra desastres naturales quedó demostrada durante el paso del huracán Irma, en septiembre del año 2017.
Conoce cuándo y cómo plantar las semillas para estimular el crecimiento y desarrollo de las plantas, de forma que en el menor tiempo posible se restablezca la vegetación, severamente dañada tras el paso del mencionado evento hidrometeorológico, que azotó a Punta Alegre con vientos máximos superiores a los 250 kilómetros por hora.
Al realizar acciones silviculturales en manglares ubicados en Finca Rivero se recupera madera que luego convierten en carbón vegetal y suple necesidades de los habitantes del lugar, quienes obtienen ese recurso a precio módico para cocinar alimentos cuando ocurren averías o interrupciones en el Sistema Eléctrico Nacional que impiden el uso de cocinas eléctricas.
Especialistas del Centro de Investigaciones de Ecosistemas Costeros confirman la recuperación de la flora y fauna del área, en las 53 ha beneficiadas con diferentes rehabilitaciones y la ejecución de prácticas agroecológicas. (Escrito por Román Romero López)
