LA SELECCIÓN cubana se despidió del Campeonato Sub-20 de Concacaf de México 2024 tras caer ante los anfitriones dos goles por cero.
Los mexicanos hicieron mella sobre el relajamiento de un conjunto antillano que entró a la cancha con la complacencia de llevar un boleto al mundial en el bolsillo y en siete minutos ya ganaba el anfitrión 2-0.
Mateo Levy y Diego Ochoa hacían pensar en una goleada terrible, pero la desconcentración terminó con los golpes y dio paso a una versión entretenida y comprometida de los dirigidos por Yunielys Castillo.
A pesar de la calidad indiscutible de los aztecas, los cubanos presionaron alto y recuperaban balones cerca de la puerta rival.
Funcionaba el medio campo, incluso con determinada holgura, y ello derivaba en llegadas que solventó con éxito la defensa mexicana.
Finalmente no se movió el marcador y los dos madrugados goles sirvieron para dar paso a los de casa a la final del evento.
A pesar de la derrota, el equipo de la Mayor de las Antillas regresa con la moral bien alta y satisfacciones desbordadas, y no solo por el cupo a la Copa Mundial Sub-20 de la Fifa de Chile 2025.
Los cubanos mostraron talante y plantaron cara a las adversidades, además de quedar entre los cuatro mejores conjuntos del área, que en sí mismo encierra un mérito enorme.
Si se entiende que ambos finalistas presentan nivel mundial, no resulta conformismo excesivo creer que lo logrado alcanza para quedar satisfechos.
Si de la misma forma se valora que apenas por segunda ocasión en la historia una selección de esa categoría se clasifica a un campeonato mundial entonces no deberían existir impedimentos para felicitar a quienes lo hicieron posible, desde los jugadores y el cuerpo técnico hasta las autoridades del fútbol en Cuba que han puesto énfasis en salir adelante desde las categorías menores.
Hay que reconocer con humildad que los finalistas muestran una calidad superior, que falta mucho para llegar allí, que las diferencias de infraestructura y financiación, incluso con algunos de los que quedaron en el camino, resultan abrumadoras y solo con trabajo se ha logrado llegar a esa altura, eso también merece el reconocimiento infinito.