La relación que mantenemos Laimí y yo es muy linda, ha sido tanta la compenetración entre los dos que cuando uno necesita apoyo, ahí está el otro para darlo, comentó a la Agencia Cubana de Noticias Andy Gutiérrez Companioni, quien desde hace 11 años está bajo los cuidados de su madre afín.
Cuando mi progenitora falleció, vine con tan solo 11 años a vivir con mi papá, que ya tenía a mi hermanito pequeño Diego Manuel de su matrimonio con Laimí, quien desde ese momento me acogió como a un hijo, al que además de proteger y cuidar le ha enseñado valores, dijo este joven, que se prepara como futuro médico.
En el hogar donde vivo prima el amor, el respeto y la consideración, en esto mucho ha tenido que ver la actitud asumida por ella, por eso cuando su mamá falleció a causa de la COVID-19, ahí estuve yo para darle ánimo y acompañarla en su dolor, como solo lo sabe hacer un hijo con su madre, añadió.
Laimí Díaz González manifestó estar muy orgullosa de lo que hasta este momento ha conseguido en la relación con Andy, pero sobre todo verlo convertido en una persona de bien, que junto a ella y su esposo Osvaldo se prepara para el futuro.
Solo los allegados saben que él no es mi hijo biológico, pues ni en casa, ni cuando salimos en familia hay distinción, tanto a Andy como a Diego Manuel se les dedica tiempo y paciencia, ambos saben que siempre contarán con nuestros consejos, acotó Díaz González.
“Valoro de muy positivo que, en el nuevo código de las familias, se incluyan los deberes y derechos de madres y padres afines, porque nuestro accionar ha sido una realidad afectiva silenciada que reclamaba un reconocimiento legal para el apropiado ejercicio de la parentalidad en beneficio del niño, la niña o el adolescente”.
En este contexto se le otorga un importante valor a la participación que tienen algunos adultos en el cuidado cotidiano de los menores de edad, a pesar de no ser quienes los trajeron a este mundo, como sucede en mí caso, puntualizó.
Sin dudas, esta nueva normativa viene a completar el contenido de la relación paterno-materno-filial afín, delimitando cabalmente el ámbito de ejercicio de la función parental a su cargo, agregó Laimí, quien es trabajadora del sector de Justicia en la provincia.
La relación de Andy y Laimí rompe con criterios equivocados, muchas veces demonizados dentro del entorno familiar, que existen sobre las madrastras o los padrastros, como se les denomina en el argot popular.