El periodista uruguayo Fernando Ravsberg aseveró hoy que el nuevo Código de las Familias en Cuba da un montón de pasos adelante y su elaboración requirió el cambio de muchas mentalidades, incluso de algunos decisores.
Hace unos años cuando entrevisté a un funcionario del Parlamento Cubano me comentó que, mientras incluyera el asunto de las personas LGBTI, no se aprobaría la ley, y ahora esos derechos constan y son defendidos, aseveró el académico.
En un encuentro con varios intelectuales cubanos, Ravsberg aseguró que en la normativa están reflejadas las múltiples experiencias de Cuba traducida en las manos de los académicos, sociólogos, psicólogos, juristas y una gama muy variada de especialidades.
Según dijo, los artículos relacionados con los niños y las niñas fueron los que más le enamoraron porque recalcan muchas veces el derecho de estos a ser tratados sin violencia, lo cual resulta un asunto a veces naturalizado en la educación familiar. Algunos cuestionan la patria potestad sobre los hijos y argumentan que elimina el derecho romano como si eso sacralizara el asunto. Debemos celebrar esta oportunidad que ayuda a los niños a liberarse del cepo patriarcal, manifestó.
Ravsberg convocó a cambiar las nalgadas por la conversación tal y como él mismo hizo durante la educación de sus hijos, quienes recibieron las prácticas violentas heredadas por su padre antes de concientizarse del mal hecho.
Lamentablemente, no podemos esperar a que esa comprensión surja de cada persona porque puede demorar mucho tiempo. Para eso es la ley, pues obliga a la sociedad a velar por el bienestar de nuestros niños y niñas e informar los casos de violencia, aún cuando proviene de sus los padres, ratificó.
El corresponsal de prensa exaltó también el asunto relacionado con el deber de los progenitores y/o cuidadores de permitir el desarrollo libre de la personalidad de los menores porque educarlo no significa imponerle las creencias personales, sino inculcarles principios y dejarles construir su futuro.
En este sentido, el Código nos mantiene atentos de su autonomía progresiva que constituye un proceso paulatino donde los menores de forma gradual toman cada día decisiones y los padres aprenden a escuchar a sus hijos, expresó.
Ravsberg enunció el poema “Son tus hijos pero no son tuyos” del poeta, pintor, novelista y ensayista libanés Yibrán Jalil Yibrán, quien se refirió a la autonomía de los descendientes y el derecho de ellos a encontrar su propio camino.
“Puedes esforzarte en ser como ellos, pero no procures hacerlos semejantes a ti porque la vida no retrocede, ni se detiene en el ayer. Tú eres el arco del cual, tus hijos como flechas vivas son lanzados. Deja que la inclinación en tu mano de arquero sea para la felicidad”.