La humanidad celebra hoy el Día Mundial del Termómetro, un instrumento básico y esencial para medir la temperatura corporal o ambiental, cuya invención resultó muy valiosa en la vida cotidiana, especialmente en medicina.

Galileo Galilei ideó en 1552 un aparato inicialmente conocido como termoscopio, para medir la temperatura del ambiente.

Luego, el jesuita Jean Leurechon nombró como termómetro en 1624 a este valioso instrumento, que siguió evolucionando.

En 1714, el físico e ingeniero polaco Gabriel Fahrenheit creó el termómetro de mercurio con un bulbo sellado y un capilar de vidrio, para que el metal líquido pudiera dilatarse y ascender al aumentar la temperatura.

Fahrenheit diseñó la escala termométrica que lleva su nombre y sigue siendo utilizada.

Posteriormente, Jean-Pierre Christin creó en 1743 el termómetro de Lyon, a base de mercurio y con una nueva escala de grados centígrados (Celsius).

En 1867, el inglés Thomas Clifford Allbutt hizo mejoras en el tubo de cristal con depósito de mercurio y varilla graduada.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Theodore Hannes Benzinger logró el termómetro de oído y en 1984 David Phillips fabricó el de oído infrarrojo.

Actualmente prevalece el uso de los termómetros digitales, debido al efecto contaminante de los tradicionales.

Tomar la temperatura es práctica habitual para detectar la fiebre, síntoma de enfermedades, y se cuenta con dispositivos o cámaras termográficas en puertos, aeropuertos, escuelas y otros sitios para realizar controles del calor corporal.

El de mercurio es el instrumento de medición de temperatura más conocido, pues son prácticos y de exacto grado de medición, a la vez que dicho metal líquido es usado por su gran capacidad de dilatación.

Hay varios tipos de estos instrumentos con distintas funciones y usos, entre ellos el pirómetro, que mide altas temperaturas en fábricas, fundiciones y hornos de cocción mediante la captación de la radiación infrarroja y la distribución de la radiación térmica.

El pirómetro mide la temperatura de una sustancia sin necesidad de estar en contacto con ella.

También están el termómetro de lámina bimetálica, compuesto por dos láminas de metales con diferentes coeficientes de dilatación.

Igualmente, los de gas, de gran precisión y que pueden ser a presión o a volumen constante, y los de resistencia, formados por un alambre de metal cuya resistencia eléctrica cambia con el calor.

Asimismo, el termómetro digital, que utilizan circuitos electrónicos y sensores integrados cuyas variaciones de tensión se expresan en dígitos, y el termopar, basado en la fuerza electromotriz generada al calentar la soldadura de dos metales.