Los sinsabores no desalientan al colectivo de la UEB Torrefactora de Ciego de Ávila. Enfrentan sus trabajadores nuevos desafíos en defensa del plan 2024
Cuando la cafetera extraña al polvo de tueste oscuro, deja un sabor amargo al paladar la ausencia del café Hola no solo en Ciego de Ávila.
Y es que el colectivo del “tostadero”, como le llaman en la Ciudad de los Portales, contribuye a la presencia del producto en la canasta familiar de La Habana, Villa Clara, Camagüey y otras provincias.
Quienes procesan y envasan el contenido en el pequeño paquete sienten también la insatisfacción de no tenerlo siempre listo para colar y degustar, pero no lo expresan con desánimo porque la infusión es vida y ellos están dispuestos a defender su tradición industrial.
Así ratificaron su compromiso los participantes en la asamblea de presentación y análisis del plan de la economía y el presupuesto para el 2024, en la Unidad Empresarial de Base (UEB) Torrefactora, del territorio avileño.
Reconocieron que tuvo repercusión entre los consumidores la no existencia del café mezclado durante tres meses de 2023. Que se cumpliera lo planificado en esa etapa anual al 59 %, con 264 toneladas menos de lo previsto, influyó el déficit de materias primas, principalmente de café en granos, tanto de procedencia nacional por el incumplimiento y el atraso de las entregas por parte de la Agricultura, como las demoras de las importaciones.
El colectivo enfrentó tales obstáculos con la realización de producciones alternativas. Una de ellas fue la harina de maíz comercializada con la población, empresas estatales y del sector privado. Devino esa, junto con la actividad fundamental, solución aportadora de eficiencia: más producción mercantil y ventas netas, menos gastos, y utilidades superiores a los 5 millones 253 mil pesos.
Aunque, como dijera el mecánico Félix Nelson Barroso Reina, “lo que más necesitamos es insumos para elaborar café, aquí no hay interrupciones, los innovadores garantizamos el funcionamiento de los equipos”.
Con absoluta razón formulaba su inquietud el trabajador más destacado de la UEB, ya que en enero produjeron los volúmenes del aromático producto para garantizar la cuota normada en las bodegas, correspondiente a diciembre pasado. Hasta el día 9 del presente mes no habían recibido el diésel tecnológico apropiado para el tueste de la materia prima. De manera que está pendiente la entrega por la libreta de abastecimiento del café de los dos primeros meses de este año.
Vuelven al ruedo las opciones para no paralizar la fábrica. “Pronto recibiremos maíz para procesar harina”, afirmaba Raquel Vingut Ceballos, directora de la torrefactora local. Sin embargo, ¿continuará en el presente año la flexibilización del objeto social para esa empresa estatal socialista?
Indagando más sobre el asunto, Trabajadores constató el documento RS.1: CI.O.2024.315, del Ministerio de Comercio Interior, relacionado con un acuerdo del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, en el cual se orienta: “Retirar por las filiales del Registro Central Comercial (RCC) en cada territorio, las autorizaciones comerciales emitidas a las entidades productoras y comercializadoras mayoristas que realizan ventas minoristas como actividad secundaria. Las actuales autorizaciones tienen vigencia hasta el 30 de enero de 2024”.
En este caso, como no hay producciones residuales en la torrefacción, que según el documento antes mencionado serían las actividades autorizadas por excepción para la comercialización minorista, la UEB avileña tendrá que cerrar el punto de ventas directas al pueblo y ofertarles la harina de maíz solo a empresas y entidades no estatales.
Inés Chaviano Soto, sindicalista en el centro laboral, recepciona tal preocupación de los trabajadores, quienes se preguntan ¿cómo es posible que hoy existan restricciones para lo que no hace tanto tiempo nos convocaran a buscar alternativas en la producción de alimentos?
Resulta esa medida como un trago de café amargo después de ser estimulados recientemente en la reunión nacional de balance anual de la empresa Cubafé. Porque ese colectivo avileño implantó récords de producción en etapas anteriores y alcanzó la condición de Vanguardia Nacional, entre otros reconocimientos.
No se desalientan los productores por tal inconveniente, pero tampoco deja de ser insatisfacción y desafío generar utilidades y no poder beneficiar con estas a sus protagonistas, como parte de la estimulación salarial, ya que su empresa nacional no cumple ese indicador de eficiencia.
Otros sinsabores, incluso, por insuficiente disponibilidad de café y azúcar, están dispuestos a enfrentar y vencer los procesadores de café Hola en Ciego de Ávila, con vistas a cumplir en el presente año sus compromisos productivos, económicos, sindicales y sociales.