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El niño trofeo de la medicina avileña cumple 12 años hoy Fotos del album personal

Bartolito, el niño trofeo de la medicina avileña

Hace 12 años, un día como hoy, nació un niño que se convirtió en un trofeo de la medicina avileña por la intensa lucha desplegada para salvarle la vida.

El niño trofeo de la medicina avileña cumple 12 años hoy   Fotos del album personal
El niño trofeo de la medicina avileña cumple 12 años hoy Fotos del album personal

Lázaro Bartolo Santos González es el infante, quien con menos tiempo gestacional y menor peso corporal, fue salvado en el hospital provincial Doctor Antonio Luaces Iraola, de Ciego de Ávila, en una lucha fuerte contra la muerte de un prematuro extremo.

Bartolito, como se le conoce al pequeñín, nació el 17 de diciembre del 2010, por cesárea, dada una enfermedad que ponía en peligro la vida de la madre: preeclamcia grave (cifras de tensión arterial muy elevadas durante el embarazo), en estos casos se elige el bienestar materno, o sea, salvar a la mamá.

Resultó un caso difícil porque sólo tenía 26 semanas de gestación, fue un recién nacido extremadamente inmaduro, con una supervivencia excepcional, aún en países desarrollados.

Bartolito nació severamente deprimido (necesitado de oxígeno en los órganos vitales corazón, cerebro, intestino…), por lo que se hizo necesario la intubación inmediata, con reanimación cardio pulmonar y su traslado a la sala de cuidados intensivos neonatales.

Imagen de su nacimiento con menos de dos libras de peso
Imagen de su nacimiento con menos de dos libras de peso

En ese servicio médico se desarrolló una lucha intensa por arrebatarlo de la muerte y el equipo de neonatólogos, personal de enfermería y tecnólogos de la salud acudieron a todos los procederes médicos para revertir su gravedad, hacerle ganar peso y la maduración de sus órganos.

Han pasado 12 años en los cuales la ciencia y sus ejecutantes, han ido mejorando las secuelas de su condición, además de la esmerada atención de la familia.

El niño que reside en la capital provincial, es inteligente, inquieto, cariñoso y muy activo.

Bartolito hoy estudia y dedica tiempo a su pasión: jugar fútbol, y lo hace con la fuerza del campeón de la vida, que sin duda es.

Su existencia es motivo de felicidad familiar y orgullo de la medicina avileña, que prueba en cada jornada de trabajo, la alta calificación profesional y la entrega humana de los trabajadores del servicio de neonatología del hospital de Ciego de Ávila.

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