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Anapistas por saldar una doble deuda

Horas antes de partir rumbo a la capital del país, sede y ámbito culminante del XIII Congreso de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (Anap), del 15 al 17 de abril, Yoan Carmona Lazo, presidente de la organización en Ciego de Ávila, se refiere a los resultados de la organización campesina, las deficiencias fundamentales y las proyecciones de trabajo en el territorio.

—Se insistió desde el pasado año en que el Congreso debía fructificar en cada instancia, ¿cómo evalúa los saldos en la provincia?

— Lo iniciamos con un cambio estructural. Teníamos una organización de base en cada cooperativa más una junta directiva, ahora, ambas se unieron, como era antes. Tratamos que los que tenían resultados de dirección en la organización de base integraran las juntas, que, de hecho, salieron fortalecidas. Luego, cada junta rindió cuenta ante la respectiva asamblea de asociados. Posteriormente, se efectuó el proceso de balance municipal.

“La calidad y profundidad prevaleció en las asambleas en general, sobre todo en Baraguá, sede de la reunión piloto en diciembre, la cual indicó el camino a seguir, y en Morón, Ciego de Ávila y Majagua.

“Se expusieron planteamientos esenciales, por ejemplo, la bancarización y sus retos, dada las condiciones que hoy tenemos en algunas localidades, situadas en zonas donde no hay un banco cercano, y la necesidad de pagarle sin dilación a quienes están en los surcos. En Majagua, el director de la sucursal bancaria explicó la manera en que les dan tratamiento, aunque no fue así en todos los municipios. Hoy, la situación es diferente, a partir de que se generalizan las mejores experiencias.

“Otros asuntos versaron acerca de la necesidad de perfeccionar los mecanismos organizativos ante la carencia de combustible, además, la entrega de tierras a las cuales debiera estar dándosele un mejor uso, y los impagos a los productores, algo que continúa repercutiendo en el accionar de la organización, al punto de que, al término del mes de abril, de los más de 33 millones de pesos que se le debían al sector, quedaban pendientes más de 14. Por ejemplo, protagonizamos una de las mejores campañas de tomate de la última etapa, más de 12 000 toneladas se acopiaron, pero de eso no se ha pagado un peso a los productores por parte de la Industria Alimentaria”.

— Otro asunto abordado en las asambleas fue el del incremento del delito en las zonas campesinas.

— La situación continúa siendo desfavorable, tenemos cooperativas en las cuales el 40 por ciento de sus integrantes se dedican a la protección, y otras que, con todos los elementos de seguridad garantizados, también son víctimas de los malhechores, es decir, donde no hay dejadez también nos han robado.

“En los debates se ha reclamado que las medidas sean más rigurosas, sin obviar el otro lado del problema: hacer mucho más para cuidar lo que tenemos, pero el que se roba una vaca, un racimo de plátano, tiene que sentir el peso de la ley”.

—Después de las asambleas municipales y la provincial, ¿qué tratamiento se ha dado a los planteamientos?

— A todos le hemos dado seguimiento. De conjunto con el Ministerio del Interior hemos asumido un grupo de acciones, conformamos expedientes para la entrega de armas. Asimismo, evaluamos los temas que tienen que ver con la Agricultura y Azcuba.

“Por cierto, llevamos 4 o 5 años que no cortábamos caña, o cortábamos muy poca; en este, nos hemos quedado con las ganas de poder picar toda la prevista, sin embargo, tenemos cooperativas como la CPA Jesús Menéndez, en Chambas, allí la caña es algo importante, pero no lo único, tienen más de 700 cabezas de ganado, acopian leche, lo cual les asegura ingresos significativos, fomentan la cría de carneros, cosechan arroz, frijoles, frutales, yuca, viandas; los puede afectar cualquier situación, pueden estar apretados en el tema financiero, pero siempre van a tener una solución productiva a sus necesidades. Ya no dependen del trozo de caña”.

— ¿Continuará la reducción de asociados? En 2024 la resta fue de 1500 menos con respecto al año precedente.

— Somos parte de una sociedad que sufre un fuerte movimiento migratorio, a lo que se une el empeoramiento de las condiciones en el campo y que el delito provoca que algunos abandonen los escenarios rurales, lo otro, es que las cooperativas se resintieron en lo interno, a partir del ordenamiento que vive el país.

“Hay empresas que han estado abogando por reforzarse con campesinos, les han dado tierras para que se vayan con ellos. Es una competencia muy difícil para la Anap. Aun cuando el Decreto Ley 358 “Sobre la entrega de tierras estatales ociosas en usufructo” establece que cuando se solicita la misma en cualquier variante, el beneficiado debe ir a una cooperativa, unidad empresarial de base o empresa, aunque tú seas un campesino en la CCS; ha habido un entendimiento por parte de la Anap y la agricultura de respetar a los que son usufructuarios desde hace años, y están pidiendo una ampliación, para que se les respete quedarse en la CCS correspondiente.

Otras potencialidades se pudieran aprovechar mejor; primero, que cada presidente municipal defienda su “tropa”, que todo el que pida una ampliación permanezca en su cooperativa, y todo el que solicita tierra y puede, porque además está en el área de acción de esa cooperativa, se vincule a ella, para eso formamos parte de las Comisiones Agrarias.

Lo otro es recuperar la situación económico-financiera de las cooperativas, lo cual permita otorgarle al hombre un anticipo, de modo que no quiera irse; de hecho, la recuperación de las CPA estimula el incremento del número de asociados.

Una cuestión que ha defendido la organización es la de legalizar a todo el que actúa en la finca. En algunos territorios solo el 30 por ciento de los familiares de los tenentes de tierra están asociados, cuando esa es la manera de percibir los beneficios en cuanto a la seguridad social y el reconocimiento, si en un momento determinado el responsable fallece y se está en condiciones de asumir la entrega.

En el primer trimestre de 2025 detuvimos el decrecimiento y ampliamos las filas con 155 asociados; no es una cifra alta, pero esperamos continuar adelante.

— Un indicador medible, el pago de las finanzas, se ha resentido en años resientes…

— Por increíble que parezca cotizar en tiempo, obligación primaria que tiene cada asociado ha sido un problema, no se cumplió en 2023, ni en 2024. Este 12 de mayo estamos a más del 78 por ciento (Morón y Bolivia ya terminaron); en los últimos siete años, al cierre del cuarto mes, nunca se había sobrepasado el 40 por ciento; de lo que se infiere que estamos en condiciones de cumplir sin problemas, y hacerlo antes de que termine el primer semestre del año, en saludo al 26 de julio. Tampoco será una alegría en toda su dimensión porque debíamos haberlo logrado antes de la fecha fundacional de la organización.

—Regresar al pelotón de vanguardia del país, devino reto que impuso en la Asamblea de balance de la provincia el compañero Félix Duarte Ortega, miembro del Comité Central del Partido y Presidente de la ANAP.

—Recuperar lo que se perdió no es cosa sencilla, ahora, parafraseando al General de Ejército Raúl Castro, esto también es sin prisa, pero sin pausa. Especialmente importante resulta mejorar el funcionamiento orgánico, la disciplina informativa, sin olvidar el accionar en las redes sociales, llamado a ser más amplio y efectivo.

“Podemos lograrlo si solucionamos todo lo que depende de subjetividades, de un sistema de trabajo eficiente que desde la instancia provincial se articule para eliminar deficiencias, motivar más y mejor a la ‘tropa’, que nos vinculemos más a las bases, con un nivel de preparación que garantice el intercambio amplio con los asociados, una atención diferenciada a las cooperativas desde la preparación política y metodológica que se requiere, para acompañarlos en el enfrentamiento a cuanto frene el desarrollo productivo y que los procesos se asuman con mayor calidad y profundidad. De ese modo, podemos estar en la pelea por incluirnos entre los mejores, aunque no debemos incluirnos en esa avanzada en este momento, pero sí con vistas al 17 de mayo de 2026.

“Nuestra fortaleza está en el ámbito productivo, en casi todos los renglones crecemos con respecto a años anteriores. A modo de ejemplo, al término del pasado mes de marzo, el plan de viandas se cumple al 107 por ciento, al 101.9 el de las hortalizas, y el de frutas al 103.7 por ciento. Sin embargo, el talón de Aquiles sigue estando en la entrega de leche, que se comporta al 79.83 por ciento, aunque se incrementa la producción con respecto al 2024; Morón, Primero de Enero, Majagua, Ciego y Baraguá evidencian las dificultades y atrasos mayores.

“En el último trimestre del año, nos proponemos un movimiento político que involucre a más personas, teniendo en cuenta los criterios, desde las cooperativas y hasta las estructuras del Partido en el territorio, para transformar la imagen de la Anap en Ciego de Ávila, una deuda que tenemos con nuestros asociados que tanto esfuerzo y resultados han tenido en esta compleja etapa y que también nos corresponde saldar ante el Partido y el gobierno.

“Nuestros campesinos, dirigentes en las cooperativas, municipios y la provincia evidencian sistemáticamente deseos de hacer. Corresponde al Buró Provincial de la organización hacer realidad estas proyecciones, es lo que nos toca”.

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