Este martes, el encuentro semanal de la dirección del país con expertos y científicos para temas de salud abordó el resultado del uso de los interferones cubanos en el Protocolo de Actuación Nacional para la COVID-19, según informó el sitio de la Presidencia.
En el encuentro, encabezado por Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, se resaltó la capacidad de la ciencia y el sistema de salud cubanos para acudir a productos que ya han conseguido y demostrado su eficacia, y su valor, como los interferones, para el uso preventivo y el enfrentamiento inicial de enfermedades nuevas.
Sobre la presentación, el Jefe de Estado afirmó que es otra validación de la robustez de un grupo de medicamentos desarrollados por la mayor de las Antillas.
La Doctora en Ciencias Marta Ayala Ávila, miembro del Buró Político y directora general del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), significó que a más de 40 años de que Cuba hubiera logrado producir los primeros interferones, las nuevas generaciones en la ciencia y la salud pública sigan defendiendo un proyecto impulsado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
Al destacar el interés renovado que hay en el mundo con relación a los interferones, Ayala Ávila subrayó la organización de nuestro sistema de salud para su uso y la capacidad de utilizar y colocar herramientas que deben seguir siendo evaluadas y posicionadas ante la aparición de nuevas pandemias, un criterio que es compartido por buena parte de la comunidad científica internacional.
Cuba fue uno de los países pioneros en la producción de interferones, con la obtención del interferón leucocitario en 1981, uno de los primeros en el mundo. Es un desarrollo que ha tenido a lo largo de los años varias formulaciones y que tuvo entre sus puntos culminantes más reciente, su amplio uso en el enfrentamiento y control de la pandemia de COVID-19.
El Doctor en Ciencias Hugo Nodarse Cuní, jefe de Departamento de Investigaciones Clinicas del CIGB, recordó que el primer uso de interferones en el tratamiento de contagiados por el nuevo coronavirus fue en China, al inicio de la epidemia, y se empleó, precisamente, un fármaco creado por científicos de la Isla y producido por la empresa mixta chino-cubana ChangHEBER.
El experto señaló que como resultado de que en Cuba se dirigió y controló la COVID-19 en base a la ciencia y la innovación, fue el interferón el medicamento que más ampliamente se usó en la etapa pre-vacunación.
Subrayó que este es un producto de nuestra biotecnología que se empleó 40 años atrás en la epidemia de Dengue Hemorrágico, y 40 años después contribuyó de manera decisiva en el enfrentamiento al principal reto que ha tenido que enfrentar la Salud Pública cubana, la pandemia de COVID-19.
El interferón, sentenció Nodarse Cuní, es un sólido antiviral que enfrentó una enfermedad nueva, que demostró en la práctica las potencialidades de los productos biotecnológicos cubanos.
En un recuento de los resultados del uso de este medicamento en el tratamiento a la COVID-19, el científico recordó que el Interferón tipo I ya había sido usado anteriormente en el tratamiento de coronavirus, pero en el caso del virus SARS CoV-2 se demostró que era más sensible.
El especialista hizo una reseña de los resultados de los estudios clínicos para la evaluación del efecto y seguridad de los interferones cubanos HeberFERÓN versus Heberón Alfa R; así como el empleo de este último en pacientes con COVID-19.
Informó que entre el 11 de marzo de 2020 al 12 de abril de 2021, período previo al inicio de la inmunización masiva con vacunas anti-COVID-19, también totalmente cubanas, más de 88 000 individuos participaron en un ensayo clínico con la aplicación de interferones, de ellos, más de 10 000 pacientes de pediatría, incluyendo el uso de una formulación liofilizada en cerca de dos mil niñas y niños sobre los tres años de edad.
Entre los resultados de los estudios, señaló que el tratamiento con Interferón Alfa-2b en pacientes COVID-19 contribuyó a la recuperación, independientemente de la presencia de síntomas respiratorios clínicos; se asoció con un menor requerimiento de la unidad de cuidados intensivos, y redujo significativamente el riesgo de muerte.
En el encuentro, que fue moderado por la doctora Tania Margarita Cruz Hernández, viceministra primera del MINSAP, y en el que también participaron los viceprimeros ministros, Inés María Chapman Waugh y Jorge Luis Perdomo Di-Lella, el científico abordó en detalle la formulación farmacéutica del Interferón Alfa 2b humano recombinante en solución para administración nasal.
En los estudios realizados, el ya icónico Nasalferón, otro fruto de la ciencia cubana durante el enfrentamiento a la pandemia de COVID-19, demostró, por ejemplo, tener potencia para efecto antiviral nasofaríngeo, así como efectos sostenidos y prolongados. Su seguridad y efecto profiláctico permitió que obtuviera el Autorizo de Uso de Emergencia por la autoridad regulatoria cubana.
El Nasalferón, un producto genuino de la biotecnología cubana, nació, enfatizó el Dr.C. Nodarse Cuní, como un producto profiláctico y se convirtió en una herramienta terapéutica.