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Una vida entre ruedas

Rolando Cartaya Valdés a sus 69 años reconoce que la familia y el ciclismo constituyen sus dos grandes amores y la razón principal para seguir adelante.
Al preguntarle sobre sus inicios en este deporte refirió que fue a los 14 años y en 1970 ingresó en ESPA Nacional, donde fue compañero de los hermanos avileños Aníbal y Raúl Torres Pino. Por sus resultados no demoró en ser llamado al equipo de mayores, con participación en varios giros del continente europeo, entre ellos la Carrera de la Paz. También asistió a la Vuelta a Guadalupe, donde fue tercero en la ruta individual, en tanto en la Transpeninsular fue segundo, siendo estos sus dos principales resultados.
Nacido en 1955, en las Minas de Matahambre, Pinar del Río, desde 1992 se radicó en Ciego de Ávila donde comenzó como entrenador en la Academia Provincial Roberto Castañeda, donde aún se mantiene.
Con la sencillez que le caracteriza dice que una de sus mayores satisfacciones es ser padre de Reinier, quien integró durante una década la escuadra nacional de ciclismo, y es el único pedalista avileño con participación en Juegos Olímpicos, Atenas 2004.

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