Encontrar las palabras para hablar de uno de los hombres de Radio que más pasión le profesa al medio, no me resulta fácil, porque sé, nunca lo dicho será suficiente para enaltecer su obra.
Hombre sencillo, dedicado y con un sentido de pertenencia admirable, es Ángel Lorenzo Broche Ruedas, artista que ha sabido dibujar, poner voces y sonido, de una forma única a las imágenes con las que se recrea el oyente.
Infinidad de programas han llevado su impronta en los veinticuatro años de labor dedicados a la radio. Uno de ellos, “En primer plano” del que se desprendió hace muy poco, llegada su tan aplazada jubilación, por temor, estoy segura, al vacío que le dejaría ese horario en el que madrugó tantas veces, en todas las circunstancias posibles y las horas dedicadas a informar oportunamente a sus oyentes, a sabiendas de que la responsabilidad en la radio es el primer requisito para que todo salga como debe y como los oyentes merecen.
Broche es de esos hombres que no se pueden medir de los pies a la cabeza, sino de su cabeza hasta el cielo, porque su grandeza es infinita, como ser humano, pero más, como Hombre de Radio, que ha sabido ganarse todos los méritos por su tenacidad, sus ganas de no claudicar a pesar de las circunstancias o cualquiera de los obstáculos que se presente, porque como prestigioso Director de programas que es, él se crece en toda situación difícil.
Maestro de profesión, con incalculables méritos, además, en el magisterio, nunca abandonó sus dotes de maestro, sino que los utilizó como herramienta principal para enfocar desde sus inicios su trabajo en la radio, preparando a diversas generaciones de radialistas, quienes no escatiman oportunidad para agradecerle sus conocimientos.
No existe persona en Ciego de Ávila, que conozca más de la historia de la radio que nuestro Broche; deleitarnos podemos, al escuchar las apasionantes palabras que salen de su corazón cuando habla de los inicios, de la primera transmisión de radio en la farmacia central, del Doctor Eduardo Valdés Figueroa, quien con su interés de hacer posible la magia, logró ante los obstáculos realizar su sueño; que es hoy, el de muchos avileños y avileñas.
Mirar a través del azul de sus ojos, es penetrar hacia un mundo de fantasía, uno que ha creado junto a sus personajes, para transmitir todas las emociones que lleva en su corazón, hacernos feliz y de paso, dejarnos alguna enseñanza cada mañana con la creación diaria de uno de los programas infantiles que más público atrae y apasiona, “El gallo Ciriaco”.
En su historial tiene, haber hecho posible la realización y salida al aire de “Angelica”, primera novela gravada en nuestros estudios, creada por él y la que se recuerda aún, a pesar de los años transcurridos.
La Radio en el transcurso de los años de labor ha reconocido su meritorio e intachable trabajo. Ha sido acreedor del Sello Noventa y Cinco Aniversario, Artista de Mérito, Maestro de Radialistas y Micrófono de la Radio Cubana.
Aunque hoy este jubilado, mantiene su rutina de trabajo, crea y realiza algunas de las obras de las que no se desprenderá nunca, porque el sello que ha puesto en cada una de ellas, es casi insuperable y costará mucho llegar a alcanzar lo que él ha conseguido con su entrega todos estos años, la constancia y el amor a la radio han sido la fusión necesaria para lograrlo.
Pasaran los años y dentro de mucho tiempo un nuevo centenario aflorará para los apasionados que, en ese entonces, ocupen nuestros puestos en la querida Emisora. Muchos nombres con el tiempo se irán borrando de las memorias, pero estoy segura, el de Ángel Lorenzo Broche Ruedas, pasará de boca en boca, como una tradición, como un libro indispensable del que será necesario nutrirse para hacer una verdadera Radio.
Los pasillos de nuestra emisora por siempre guardarán sus pasos y se escuchará el susurro de los consejos para hacer mejor el trabajo; también el regaño oportuno cuando la pereza y las adversidades quieran apoderarse de los sueños, porque la radio es magia, y eso, jamás podemos obviarlo. (Brizaida De la Nuez)