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Sistemas de Alerta Temprana: una fortaleza de la meteorología cubana

Poner los avances tecnológicos en función de cerrar brechas en la obtención de datos y observaciones, para ofrecer a todos los países, de manera equitativa, la oportunidad de contar con sistemas de alerta temprana, marca este año el tema central del Día Meteorológico Mundial, que se celebra anualmente, cada 23 de marzo.

En el caso particular de Cuba, desde finales de la década de los 90 y con mayor énfasis en el transcurso de la presente centuria, el Instituto de Meteorología, perteneciente a la Agencia de Medio Ambiente, del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), implementó y priorizó hasta la actualidad el funcionamiento de siete sistemas de vigilancia y alerta temprana, que ilustran la fortaleza adquirida por esa disciplina en la Mayor de las Antillas.

Quizá el más conocido sea el Sistema de Alerta Temprana (sat) de ciclones tropicales y otros fenómenos meteorológicos peligrosos, herramienta clave que persigue asegurar el pronóstico y la información pública oportuna, a través de los medios de comunicación y de otras fuentes oficiales, sobre la probable afectación de cualquiera de esos sistemas al archipiélago cubano, en plazos cercanos.

Como plantea la doctora Miriam Teresita Llanes Monteagudo, jefa del Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología (Insmet), una vez emitido el aviso de alerta temprana, la Defensa Civil orienta la adopción de las medidas dirigidas a proteger a la población y los bienes de la economía, de los posibles impactos de tormentas tropicales y huracanes, eventos de lluvias intensas, inundaciones costeras y frentes fríos precedidos por activas líneas de tormentas eléctricas.

Para ello, subrayó, resulta vital disponer de un efectivo sistema de vigilancia meteorológica, capaz de garantizar la recolección, la confiabilidad y el procesamiento de los datos en las estaciones meteorológicas, unido a la plena disposición operativa de la red de radares, los centros provinciales, la utilización de modelos de probada efectividad y la pericia de los especialistas.

Dentro de los resultados del Insmet en esta línea de trabajo, aparece también el Sistema de Vigilancia y Alerta Temprana del Ozono troposférico (O3), compuesto contaminante que, cuando rebasa los valores permisibles en esa capa inferior de la atmósfera, muy próxima a la superficie terrestre, suele provocar la disminución de los rendimientos y de la calidad de las cosechas, en cultivos como el tabaco, la papa, el tomate y el ajo.

Conducido por el Centro de Contaminación y Química Atmosférica (Cecont), del Insmet, se trata de un servicio científico-técnico enfocado en advertir a los productores agrícolas del sector estatal y privado, con cinco días de antelación, cuándo deben ocurrir incrementos en las concentraciones de ozono superficial, a fin de tomar, de forma anticipada, las medidas que protejan las plantaciones y reduzcan las pérdidas.

Otros ejemplos de cuánto pueden tributar las ciencias meteorológicas a la economía nacional y al medio ambiente, son los beneficios aportados por los sistemas de alerta temprana de la sequía agrícola y de los incendios forestales.

Según detalló a este rotativo el doctor en Ciencias Paulo Lázaro Ortiz Bulto, investigador del Centro del Clima del Instituto de Meteorología, Cuba viene trabajando fuerte en los estudios sobre los efectos de la variabilidad climática en la salud humana, con énfasis en las enfermedades transmisibles.

Ello propició, en diferentes etapas, la obtención del primer modelo para el pronóstico de dolencias pediátricas en La Habana, servicio que se mantiene hasta la actualidad, así como el desarrollo y la aplicación del primer servicio de pronósticos bioclimáticos del país, en colaboración con el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (ipk).

Actualmente, subrayó Ortiz Bulto, tenemos disponible un sistema de alerta temprana mediante el cual informamos a las instituciones de Salud, con un plazo de uno y hasta tres meses de anticipación, sobre posibles brotes y alzas de enfermedades diarreicas, respiratorias y dengue, principalmente.

Gestionado de manera conjunta con el Ministerio de Salud Pública, más allá de la probada efectividad, su aplicación ha contribuido a planificar las acciones de respuesta que posibilitaron enfrentar diferentes contingencias epidémicas ocurridas a escala nacional en los últimos tiempos, aseveró el experto.

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