De acuerdo con el Pnuma, cientos de expertos globales identificaron 18 señales de cambio que ofrecen una visión de las posibles perturbaciones, tanto positivas como negativas, que el mundo debe vigilar de cerca.
Entre los más críticos, el documento identifica la escasez de recursos y la competencia que reconfiguran la dinámica de la seguridad global.
Como consecuencia se prevé un aumento del 400 por ciento en la demanda de minerales críticos en los próximos 15 años, lo que puede amenazar la biodiversidad en terrenos prístinos.
Asimismo, advierte un aumento de los conflictos armados, la violencia y la desinformación junto a la persistencia y ampliación de las desigualdades y los desplazamientos forzados masivos como consecuencia de los conflictos, los fenómenos climáticos extremos y los impactos ambientales.
Como respuesta, el informe propone una mejor toma de decisiones mediante la creación de un nuevo contrato social, la adopción de una gobernanza ágil y adaptativa y el aumento de los datos y conocimientos integrados y accesibles.
Se trata, a juicio del organismo, de un duro recordatorio de la interconexión y la fragilidad de los sistemas en el siglo XXI al tiempo que llama a priorizar los beneficios a corto plazo por sobre la acción anticipatoria y la preparación pone en peligro la prosperidad a largo plazo y la salud del planeta.
No obstante, también señala el enorme potencial y el ingenio humano que se pueden aprovechar con espíritu de descubrimiento y cooperación para ofrecer soluciones a la triple crisis.