Pequeñas, eficientes, apropiadas, las minindustrias son en las comunidades eslabones de una cadena que llevan a los hogares, productos terminados.
Estas pueden ser de diversas características que van desde la de productos agrícolas, hasta de mobiliarios y juguetes.
Las más novedosas son la que elaboran alimentos, siempre asociadas a cooperativas de crédito y servicio para confeccionar los productos de la tierra en diversas formas.
Del surco salen las viandas, frutas, hortalizas…, que en las pequeñas fábricas se convierten en comestibles en diversas presentaciones, de alta demanda por la población.
Así se ofertan mermeladas, jugos, encurtidos, frutas y viandas peladas y troceadas y otras iniciativas muy bien acogidas por los consumidores.
Contribuir al empeño de la soberanía alimentaria en Cuba, es uno de los objetivos de estas minindustrias de víveres que, además, constituyen fuente de empleo, con buenos salarios para sus trabajadores.
La extensión de estas especies de talleres artesanales campesinos, y su encadenamiento con otros actores económicos, constituyen una excelente opción en el desarrollo del país.