El presidente Emmanuel Macron defendió sus recientes declaraciones de que Francia y Europa no deben subordinarse a Estados Unidos o a China en el tema Taiwán y sí mantener una política independiente, afirmó hoy una fuente diplomática.
La visita a China del jefe de Estado francés generó comentarios, porque el Gobierno no pudo ocultar el interés económico de la misma en medio del diferendo Washington-Beijing, y también polémica por la entrevista concedida por el mandatario al diario Les Echos, al que señaló el domingo que Europa debe representar “un tercer polo”, sin alinearse a una u otra potencia.
Según la cadena BFM TV y el periódico Le Figaro, una fuente cercana a Macron aseguró que el presidente “asume integralmente” sus declaraciones de que en la cuestión Taiwán lo peor sería adaptarse al ritmo estadounidense o a la reacción china, palabras que no cayeron nada bien en el país norteño.
No podemos ser “seguidores” por una razón simple, el presidente quiere la soberanía europea, precisó el citado funcionario desde el anonimato.
A propósito de los comentarios de Macron, el expresidente y candidato a la Casa Blanca en 2024 Donald Trump lo acusó ayer de lamerle el trasero a China.
La fuente diplomática prosiguió: “somos aliados de Estados Unidos, aliados confiables, sólidos y comprometidos, pero somos aliados que decidimos por nosotros mismos”.
Ya el ministro de Economía y Finanzas Bruno Le Maire había defendido la víspera la posición fijada por Macron ante las crecientes tensiones entre Washington y Beijing en torno al territorio chino de Taiwán, atizadas por visitas estadounidenses a la isla y de sus autoridades a la nación norteña, como si de un país independiente se tratase.
“No tenemos que quedar atrapados entre la espada y la pared, debemos construir nuestro propio poder. Somos aliados de los estadounidenses, pero no necesariamente debemos tener el mismo pensamiento estratégico en temas económicos, financieros y geopolíticos”, advirtió Le Maire a la emisora Europe 1.
De acuerdo con el alto funcionario, considerado el número dos del Gobierno, si bien Francia y Europa comparten valores e intereses con Washington, eso no significa que estén contra China.