Carlos Daniel Albornoz sonríe con timidez. Apenas eso. Acaba de coronarse en el Campeonato Nacional de Ajedrez 2025 de la modalidad blitz. Parece incapaz de expulsar toda la euforia que tiene acumulada. Quizás por respeto a sus contrarios, o por su carácter propiamente, es que sigue casi inexpresivo. Acaso su rostro refleja incredulidad.
“No comencé muy bien. Hice tres tablas en las primeras cinco partidas. Tuve que levantar en las últimas cuatro. Siempre intento jugar lo mejor posible. Ir partida a partida, sin enfocarme en los resultados de las demás”, dice con el menor alarde de campeón, en el Hotel Ciego de Ávila, donde se desarrolló el evento.
Al comenzar la última ronda, las aspiraciones del Gran Maestro (GM) Albornoz estaban un tanto desechas. Siquiera una victoria le aseguraba el primer lugar. El Maestro Internacional (IM) Rider Díaz lo aventajaba por media unidad. Con unas tablas, Díaz garantizaba, cuando menos, la disputa del título por desempate.
Con blancas, a Díaz le correspondía enfrentar al Maestro FIDE Alfredo Aguilera; mientras que con piezas oscuras Albornoz se mediría ante el GM Ermes Espinosa. La única estrategia era vencer.
Albornoz apostó por la defensa siciliana. Desde el principio sus movimientos fueron agresivos. “Prefiero atacar y, específicamente, en las partidas blitz es importante siempre tener la iniciativa. Creo que se obtiene cierta ventaja así, porque, como es tan poco el tiempo, resulta más difícil defenderse bien. Intenté complicar al adversario”. Y lo consiguió.
“Es muy dinámico ese ritmo. Me siento bien jugando así. No le temo a las partidas blitz. Me gustan más, de hecho. Se juega suelto. Al cometerse errores con frecuencia, hay mayores márgenes de victoria. Por ejemplo, esta vez me equivoqué mucho; pero los errores no pesaron. Al final, gracias a Dios, gané esa última”, cuenta.
Todo ocurrió en favor de Albornoz. Su éxito, en combinación con la derrota de Díaz, lo convirtió nuevamente en el campeón nacional de blitz, después de imponerse en 2020 y 2022. Así, igualó al GM Leinier Domínguez como máximo ganador de estos certámenes, según publicó vía Telegram el estadístico Osmani Pedraza.
Fuera de frontera, Albornoz también ha mostrado su dominio en tal estilo de bombardeo. En 2023, triunfó en el Campeonato Continental Blitz Continental Absoluto de Ajedrez de las Américas. Más allá de ese palmarés y de que su nombre empiece a figurar junto al de otros estelares de la historia del país, el discurso del camagüeyano se mueve entre la mesura y la avidez, al mismo tiempo.
“Creo que el blitz es el futuro del ajedrez. Es atrayente, vistoso. Llama más la atención del público. Pero este ritmo uno no lo puede tomar muy a pecho, por decirlo así. La competencia se juega en pocas horas. Cualquiera puede tener un buen día y hacer un excelente torneo o todo lo contrario. Por eso no sé si ganar es más difícil o no. Es diferente al clásico, donde uno debe ser constante. Ese es para mí el más importante”.
Desde el 5 de febrero inició el Campeonato Nacional Absoluto, a 10 rondas por sistema suizo, en la ciudad de Ciego de Ávila. Antes de los primeros lances, dentro de 64 casillas, fue noticia que el Gran Maestro local Luis Ernesto Quesada renunció a defender el reinado del año anterior.
“Si vemos solamente la parte competitiva, podría decir que me conviene su ausencia; pero siempre es bueno que jueguen los mejores y que el nivel de la competencia sea lo más alto posible. Es cierto que el GM Luis Ernesto era el principal contrincante, aunque todos son peligrosos y cualquiera puede ganar”.
Sus palabras se volvieron hechos en la misma primera fecha y consigo como uno de los protagonistas. Albornoz, primero en el ranking de Cuba por Elo, fue superado por el GM guantanamero Juan Borges.
Basándose en su experiencia, el campeón de las ediciones de 1987 y 1993 condujo con asertividad las blancas durante las 50 movidas de una apertura de Peón Dama. Al joven Albornoz esta vez le costó su fidelidad a la rebeldía. “Logró cierta paridad a pesar de mover las piezas negras. La posición era bastante simétrica, pero buscó desequilibrar la partida, algo que caracteriza su forma de jugar, y cometió imprecisiones”, comentó a JIT el entrenador del equipo olímpico cubano, Rodney Pérez.
Un revés puede ser determinante en lides de ajedrez clásico. Lo menos negativo es que a Albornoz entonces le restaban nueve rondas para rebasarlo. En la segunda, doblegó con blancas al MI capitalino Alain Otero. Por ser la máxima referencia del juego ciencia para el país en la actualidad, aumenta la presión del camagüeyano. “El objetivo único es el primer lugar. En el ajedrez nunca se sabe y si el resultado no sale, ni modo. De las derrotas hay que aprender para mejorar en el futuro”.
Para el monarca de Cuba en los años 2019 y 2020, el Absoluto posee una significativa connotación: “Siempre me gustaría jugarlo por el hecho de representar a la provincia y obtener la mayor cantidad de título”. Pero es también una oportunidad para exhibir su superioridad dentro del país y redimirse del final de 2024.
“Dividiría ese año en dos. La primera mitad fue buena, a pesar de que no pude ganar el Campeonato Nacional. Me fue bien en el Capablanca. Terminé segundo y elevé el Elo a 2614, lo más alto que he logrado. Aunque perdí algunas partidas en la olimpiada, también fue una experiencia bastante positiva, pues me enfrenté a figuras del nivel de (Anish) Giri. Pero, la verdad, a partir de junio tuve un torneo desastroso en Abu Dabi y otros muy malos”.
De 2575 es ahora el promedio Elo del trebejista camagüeyano. Si bien a partir de ese número se pudiera estimar la calidad del jugador y establecer una comparación con rivales o consigo en el transcurso de su carrera, Albornoz afirma que su nivel ha continuado elevándose: “Hace cinco años, cuando gané por primera vez, tenía incluso más Elo; pero hoy me siento mejor por mucho. Lo que sucede es que el nivel en el mundo ha crecido de manera exponencial y ha sido complicado subir”.
“Sería positivo poder intervenir en torneos de Europa, donde casi todos son fuertes; pero económicamente nos es muy difícil. Hay que seguir trabajando”, esgrime. Tras el Absoluto, su primer torneo del año, Albornoz volverá a jugar en el grupo élite del Memorial Capablanca y buscará la clasificación a la Copa del Mundo. Pero en estos momentos solo piensa en las líneas estratégicas de su próxima partida. Si el resultado le beneficiara, quizás volviera a sonreír tímidamente. Apenas eso.