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Los ciclones tropicales de junio y la Temporada Ciclónica en la cuenca del Atlántico

Cuba es cuna de meteorólogos que hacen historia. La isla caribeña ha dado al mundo destacados meteorólogos, cuyos trabajos han elevado el prestigio científico del país a nivel internacional. Entre ellos destaca el meteorólogo Dr. Aldo Moya Álvarez, cienfueguero de origen y actualmente radicado en Lima, Perú; cuya trayectoria va dejando una huella significativa en la meteorología.

Por ejemplo, a las investigaciones del Dr. Moya le debemos los algoritmos que utilizamos hoy día para el cálculo de las variables de humedad en la red de estaciones meteorológicas del Instituto de Meteorología de Cuba.

A pesar de la distancia, el Dr. Moya mantiene una estrecha colaboración con especialistas cubanos. A diario nos hace llegar dos corridas del modelo WRF (Weather Research and Forecasting) implementado por él y reconocido por su alta efectividad en las predicciones meteorológicas. Su expertise en este campo ha sido clave para optimizar los pronósticos en la región.

Como investigador y docente en la Universidad Nacional Agraria La Molina, el Dr. Moya se especializa en el desarrollo e implementación de modelos numéricos para pronósticos meteorológicos y cuenta con más de 20 artículos publicados en revistas internacionales de alto impacto, indexadas en “SCOPUS y Web of Science”.

Entre sus hitos más recientes se encuentra el desarrollo del innovador modelo de “pronóstico temprano” para la temporada ciclónica AMA-20, cuyos resultados han demostrado una notable precisión, reforzando su utilidad para la gestión de riesgos.

inter aldoAldo Dr. Aldo MoyaComo buen docente, no deja de compartir sus conocimientos, tal como hizo recientemente al exponer al público sus análisis sobre el desarrollo de la temporada ciclónica y las proyecciones futuras.

La temporada ciclónica 2025 en la cuenca del Atlántico ha comenzado con características particulares que merecen un análisis detallado. Según el Dr. Moya, este año se registró la aparición más tardía del primer ciclón tropical con nombre desde 2014, cuando finalmente el 24 de junio se formó la Tormenta Tropical Andrea, seguida por la Tormenta Tropical Barry el día 28. “Estos dos sistemas presentaron características típicas de los ciclones tropicales que se forman en junio: ambos fueron organismos relativamente débiles y de corta duración”, explica el Dr. Moya.

Esta particularidad no es casual, ya que como señala el experto, “junio, como primer mes de la temporada ciclónica en el Atlántico, se caracteriza precisamente por albergar ciclones tropicales de poca intensidad y vida efímera”.

El análisis del Dr. Moya revela datos fundamentales sobre la dinámica ciclónica en junio: “El área de formación durante este mes no es muy amplia y está mayormente rodeada de continente, lo que limita significativamente tanto la duración como el desarrollo de estos organismos”.

Las estadísticas respaldan esta observación: el promedio de formación de ciclones tropicales en junio para el período 1975-2024 es de aproximadamente uno por año, con un tiempo promedio de vida de alrededor de cuatro días, lo que resulta en contribuciones mínimas al Índice de Energía Ciclónica Acumulada (ACE) de la temporada.

Ante la pregunta clave sobre si el comportamiento de junio puede predecir el desarrollo posterior de la temporada, el Dr. Moya ofrece un análisis estadístico detallado: “Aunque la cantidad de ciclones tropicales formados en junio no determina por sí sola si la temporada será activa o no, existen correlaciones en estadísticas interesantes”.

El experto destaca que en las últimas 20 temporadas (2005-2024), los años que registraron dos ciclones tropicales en junio (2005, 2012, 2013, 2016, 2017 y 2020) presentaron un promedio de 20.16 ciclones tropicales por temporada. Más revelador aún es el coeficiente de correlación de Pearson de 0.44 entre el número de ciclones formados en junio y el total anual para el período 1975-2024, “un valor nada despreciable considerando que junio es un mes de poca actividad ciclónica”, apunta Moya.

El meteorólogo agrega “Si construyéramos un modelo estadístico de pronóstico basado únicamente en la cantidad de ciclones de junio —lo cual claramente sería insuficiente—, la proyección para esta temporada 2025 sería de aproximadamente 16 ciclones tropicales”.

De otra parte, enfatiza en que los modelos estadísticos estacionales serios deben considerar todos los ciclones tropicales con nombre, independientemente de su intensidad o duración. “En meteorología debemos mantener el rigor científico por encima de preferencias o pasiones. Aunque los eventos espectaculares llaman más la atención, todos los sistemas nombrados aportan información valiosa para nuestros modelos predictivos”, sostiene el Dr. Moya, rechazando categóricamente cualquier sugerencia de que el Centro Nacional de Huracanes (NHC) pudiera falsificar sus clasificaciones: “Sería completamente inaudito y contrario a los principios fundamentales de nuestra disciplina científica”.

A partir de lo planteado por el Dr. Moya, podemos concluir entonces que en efecto toca esperar una temporada ciclónica más activa de lo normal, como también presagian otras instituciones prestigiosas en este campo, pero conscientes de que la evolución de las condiciones atmosféricas y oceánicas en la cuenca del Atlántico durante los próximos meses dirán la última palabra.

El día 5 de julio, cerrando el artículo se formó la tormenta tropical Chantal frente a la costa sureste de Estados Unidos. Chantal es la tercera tormenta con nombre de la actual temporada ciclónica. Según el especialista en huracanes del país norteño, Philip Klotzbach, como promedio la tercera tormenta con nombre en la cuenca del Atlántico norte, se forma el día 3 de agosto.

 

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