No habrá nunca unanimidad de criterios, porque un percance mínimo, los contratiempos con la organización y la amargura propia de los deportistas que perdieron en fracciones de segundos la medalla de oro o, peor, la de bronce, quedan sin consuelo.
Sin embargo, nadie olvidará a la más original y sugerente ceremonia inaugural en el Sena, si bien concebida como show para la televisión, lluvia intermitente y una escena polémica protestada por el cristianismo ante lo que consideró burlas por la presencia de Drags Queens y protagonizada por miembros de la comunidad LGTBI.
Desfile de los atletas en barco y con la dinámica de contrastarlo con paréntesis culturales muy abarcadores, desde la literatura, la música clásica, contemporánea, danza igualmente de varios géneros, la historia universal y olímpica, el protagonismo de la Torre Eiffel, y un pebetero que dejó sin palabras a los espectadores.
Lady Gaga, la Marsellesa entonada por una soprano y Céline Dion con el broche de oro, el Himno del amor, evocando a la mítica Edith Piaf. Poco más que añadir.
En lo deportivo, varios nombres propios a nivel individual, entre ellos el sueco Armand Duplantis, plusmarca mundial en salto con pértiga con 6,25 metros; los franceses Léon , cuatro oros y un bronce en la natación, y el judoca Teddy Riner, dos preseas áureas que completan una colección de cinco en Juegos Olímpicos.
El luchador cubano Mijaín López, el gigante de la modalidad grecorromana de todos los pesos, con su quinto cetro olímpico en igual número de citas bajo los cinco aros. Primer deportista de la historia en conseguir una hazaña así.
Las bicicletas voladoras del ciclismo de pista, con varias primacías del orbe, la más impresionante en el velodromo de Saint Quentin-en-Yvelines del neerlandés Harrie Lavreysen, quien ya había disfrutado de dos récords con sus compañeros Roy van den Berg y Jeffrey Hoogland, que batieron dos veces su propia cota de velocidad masculina.
No conforme, Lavreysen, titular mundial en 13 ocasiones, cinco de ellas en velocidad, revalidó su título tras imponerse en dos mangas al australiano Matthew Richardson en la final, con una media de velocidad que llegó a sobrepasar los 75 kilómetros por hora.
La estadounidense Sydney McLaughlin, sensación en los 400 con vallas, con plusmarca mundial 50,35 segundos, aplastando a la neerlandesa Femke Bol (tercera), y oro también con el relevo femenino de la distancia.
Asimismo, las gemelas chinas Qianyi y Liuyi Wang repitieron en dueto el oro en el nado sincronizado de los Juegos Olímpicos de París 2024. Sumaron 276.7867 puntos en la rutina técnica y 289.6916 en la libre, para totalizar 566.4783 unidades, luego de liderar el equipo que se coronó el pasado día 7.
El listado es grande y el impacto positivo de los Juegos Olímpicos permitió un cierto relajamiento en medio de las tensiones internacionales, con temas de guerras que, sin embargo, tampoco dieron tregua.
Para Francia su mayor éxito, garantizar una seguridad impecable en el encuentro cuatrienal y al mismo tiempo, exhibir los innumerables atractivos de la Ciudad de las Luces.
Resta el acto de clausura y el pase de batón para los Juegos Paralímpicos a partir del 28 de agosto, también en Paris.