Este 6 de agosto se cumplen 32 años del fallecimiento de Rogelio López Herrera, una figura emblemática del levantamiento de pesas en Cuba, cuyo legado como atleta y entrenador sigue vigente en el deporte nacional.

Nacido en Ciego de Ávila, López Herrera inició su carrera en el halterofilismo en 1965, destacándose rápidamente hasta ingresar a la preselección nacional en 1967. Fue monarca cubano en la división de los 90 kilogramos y compitió en prestigiosos eventos internacionales, especialmente en Europa.

En 1971, tras su retiro como atleta, asumió el rol de entrenador, donde brilló con igual intensidad. Su dedicación y profesionalismo moldearon a varias generaciones de pesistas, entre ellos el bicampeón panamericano Carlos Alexis Hernández.

Con una voluntad inquebrantable, Rogelio no solo forjó campeones, sino que logró la cohesión y el éxito de sus discípulos en todas las categorías. Su nombre sigue siendo sinónimo de respeto, admiración y cariño en el ámbito deportivo.

Falleció el 6 de agosto de 1993 mientras cumplía una misión en México, pero su ejemplo perdura como paradigma del deporte cubano. Hoy, el levantamiento de pesas lo recuerda como un hombre que «hizo camino al andar». ¡Honor a quien honor merece!

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