Talmente parece como si una palabra saltara de las páginas del diccionario para poner a la expectativa a no pocas personas, porque decir Bancarización es hoy algo similar a un eco en múltiples escenarios.
Escuché comentarios sobre el asunto hace pocas horas en el surco de caña, en el módulo pecuario, en el comedor obrero y otros espacios de un colectivo Vanguardia Nacional, pero antes de ponerle el rostro de los protagonistas a esta reflexión, debo argumentar que el objetivo es utilizar más los canales electrónicos de pago y disminuir el uso de dinero en efectivo, cuya medida está amparada por la resolución 111 de 2023 del Banco Central de Cuba, la cual fue publicada el pasado dos de agosto en la Gaceta Oficial de la República.
Sus disposiciones han sido explicadas por los medios de comunicación, de manera que quiero ejemplificar con los dividendos de la
Unidad Básica de Producción Cooperativa Agustín Balmaceda, del avileño municipio de Baraguá, la cual cerró su balance económico en junio pasado con 13 millones de pesos de utilidades y de ellos 7 millones quiere distribuir la dirección administrativa de la entidad para la estimulación de sus trabajadores, pero todo ha quedado en la intención por insuficiente cantidad de dinero en efectivo en la agencia bancaria.
Arrimado a un plantón de caña, el casi cincuentenario obrero del sector azucarero Jorge Jesús Rodríguez, sacaba sus cuentas: «Tengo en una tarjeta 100 mil pesos y 75 mil que debo recibir por concepto de estimulación, ¿cuántos días necesitaría ir al Banco si han sido limitadas a cinco mil pesos diarios las extracciones de efectivo?
¿Podrá este operador arrimar el tractor a la guardarraya y dejar de hacerle las labores a la caña para irse a una cola durante equis jornadas en busca de la retribución para él y su familia, por el resultado final de su eficiente gestión?
Se trata de una UBPC rentable que su esencia es la producción de caña, pero es ejemplo también de diversificación de la producción agropecuaria y en la atención al personal con un precio que no supera los seis pesos diarios el almuerzo en el comedor obrero, mientras el otro día rebasaba los 70 pesos esa prestación en una gran empresa agropecuaria avileña.
Es verdad que la bancarización es un proceso gradual con varias aristas en su actual proceso de potenciación, como también es real que el 70% de los municipios de la provincia
no cuentan con cajeros automáticos, y los existentes en Morón, Baraguá y la capital provincial son de tecnologías con más de 20 años de explotación.
De manera que en el empeño por dinamizar las finanzas de todos los actores de la economía y su relación con el pueblo, deben implementarse con más rapidez alternativas para no postergar los ingresos personales destinados a enfrentar los rigores de la vida de quienes, como los de la Agustín Balmaceda, del municipio de Baraguá, no disfrutaron de la estimulación salarial en la celebración el 20 de septiembre del trigésimo aniversario de la fundación de las Unidades Básicas de Producción Cooperativa.