Orístides Guardarrama Dávila nació en La Gloria, intrincada comunidad montañosa en pleno Plan Turquino del municipio de Yaguajay. Su vínculo laboral también aflora en la provincia de Sancti Spíritus, justamente en la pecuaria Venegas, una de las empresas insignias de la ganadería en Cuba.
Un día recorre el pedraplén Turiguanó Cayo Coco y se incorpora al personal de apoyo a las brigadas constructoras de obras para el turismo. Sin embargo, la belleza del polo avileño Jardines del Rey, no logra conquistarlo para siempre.
Confiesa haber encontrado en Morón el amor de su vida laboral. De esa relación no siente celos su esposa Norkys, quien lo estimula a hacer hasta lo imposible.
La razón es que, en la Ciudad del Gallo, 10 carteros integrales asumen las funciones de 16 aprobados en la plantilla de la unidad empresarial de base (UEB) de Correos. Uno de ellos es Orístides, quien nos dice: “Aquí está activo y nos inspira con su ejemplo Alfonso Lorenzo Palmero, nuestro cartero renombrado”.
Tal déficit de fuerza de trabajo incide, pero no lo desmotiva. “Estoy enamorado de esta labor muy humana, les brindo el servicio a domicilio a 111 personas protegidas por la asistencia social, y la UEB nuestra extiende esa prestación al 100 % de las personas acogidas a ese sistema.
“Acordamos recientemente en la asamblea de afiliados incrementar, de forma paulatina, el pago de las chequeras en las viviendas hasta llegar a todos los jubilados, hoy la gestión se comporta al 60 %”, afirma en calidad de secretario general de la sección sindical que agrupa a los 21 trabajadores de la entidad.
Orístides es reacio a hablar de sus valores personales: “Prefiero hacerlo de mi colectivo por su consagración, de manera especial la de Nailia y Yamilka, del correo central, y Eglis, de la unidad del Consejo Popular Patria, gestoras integrales para la atención a la población en los ventanillos.
“Además de vender sellos, tramitar giros, pensiones alimentarias, telegramas, cartas, cobro de la electricidad, distribuir la prensa, recibir paquetes y otras actividades, ellas tienen todo listo cada jornada para que los carteros salgamos a realizar las gestiones a domicilio”.
En representación de los trabajadores tiene un reto: “El salario es la mayor preocupación, hoy cobramos solo el básico, 2 mil 500 pesos las gestoras y 2 mil 640 los carteros, un problema financiero de la empresa que debemos resolver.
“Un tiempo atrás la situación era más compleja en cuanto a recursos, hoy tenemos bicicletas nuevas, uniformes, zapatos de trabajo; y organizamos mejor la guardia obrera, lo cual impide la ocurrencia de delitos, los centros no se quedan solos ni un minuto”.
Ha sido, según él, “la mejor etapa de mi trayectoria laboral, porque cuando me ausento por breve tiempo, los clientes preguntan ‘qué se hizo el guajiro, dónde está nuestro cartero’, y esto es, precisamente, lo que más me motivó a enamorarme de este oficio”.