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Photo: José Luis Martínez Alejo

El guajiro cartero

Orístides Guardarrama Dávila nació en La Gloria, intrincada comunidad montañosa en pleno Plan Turquino del municipio de Yaguajay. Su vínculo laboral también aflora en la provincia de Sancti Spíritus, justamen­te en la pecuaria Venegas, una de las empresas in­signias de la ganadería en Cuba.

Un día recorre el pedra­plén Turiguanó Cayo Coco y se incorpora al personal de apoyo a las brigadas cons­tructoras de obras para el turismo. Sin embargo, la belleza del polo avileño Jar­dines del Rey, no logra con­quistarlo para siempre.

Confiesa haber encon­trado en Morón el amor de su vida laboral. De esa rela­ción no siente celos su esposa Norkys, quien lo estimula a hacer hasta lo imposible.

La razón es que, en la Ciudad del Gallo, 10 car­teros integrales asumen las funciones de 16 apro­bados en la plantilla de la unidad empresarial de base (UEB) de Correos. Uno de ellos es Orístides, quien nos dice: “Aquí está activo y nos inspira con su ejemplo Alfonso Lorenzo Palmero, nuestro cartero renombrado”.

Tal déficit de fuerza de trabajo incide, pero no lo desmotiva. “Estoy ena­morado de esta labor muy humana, les brindo el ser­vicio a domicilio a 111 personas protegidas por la asistencia social, y la UEB nuestra extiende esa prestación al 100 % de las personas acogidas a ese sistema.

“Acordamos reciente­mente en la asamblea de afiliados incrementar, de forma paulatina, el pago de las chequeras en las vi­viendas hasta llegar a todos los jubilados, hoy la gestión se comporta al 60 %”, afir­ma en calidad de secreta­rio general de la sección sindical que agrupa a los 21 trabajadores de la en­tidad.

Orístides es reacio a ha­blar de sus valores perso­nales: “Prefiero hacerlo de mi colectivo por su consa­gración, de manera especial la de Nailia y Yamilka, del correo central, y Eglis, de la unidad del Consejo Popular Patria, gestoras integrales para la atención a la pobla­ción en los ventanillos.

“Además de vender se­llos, tramitar giros, pen­siones alimentarias, tele­gramas, cartas, cobro de la electricidad, distribuir la prensa, recibir paquetes y otras actividades, ellas tienen todo listo cada jor­nada para que los carteros salgamos a realizar las ges­tiones a domicilio”.

En representación de los trabajadores tiene un reto: “El salario es la ma­yor preocupación, hoy co­bramos solo el básico, 2 mil 500 pesos las gestoras y 2 mil 640 los carteros, un problema financiero de la empresa que debemos re­solver.

“Un tiempo atrás la si­tuación era más compleja en cuanto a recursos, hoy tene­mos bicicletas nuevas, uni­formes, zapatos de trabajo; y organizamos mejor la guar­dia obrera, lo cual impide la ocurrencia de delitos, los centros no se quedan solos ni un minuto”.

Ha sido, según él, “la mejor etapa de mi trayecto­ria laboral, porque cuando me ausento por breve tiem­po, los clientes preguntan ‘qué se hizo el guajiro, dónde está nuestro cartero’, y esto es, precisamente, lo que más me motivó a enamorarme de este oficio”.

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