La labor de inteligencia y contrainteligencia de los Órganos de la Seguridad del Estado de Cuba está presente en la novela Actos de guerra, que mantiene al lector expectante de principio a fin.
Alberto Marrero Fernández, presidente de la Asociación de Escritores de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) apreció que están integrados por personas humildes, con las mismas necesidades y carencias de la mayoría de los cubanos.
Pese a que no cuentan con los enormes recursos financieros y tecnológicos que poseen los adversarios, “asumen el reto de frustrar sus planes con las armas de las ideas”, sostuvo Marrero Fernández en la reciente presentación del volumen, a lleno completo en la sala principal de la Casa de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA cultural).
El intelectual cubano ofreció sus consideraciones sobre el libro, de la Editorial Capitán San Luis, cuyo autor es el Máster en Relaciones Internacionales Enrique J. Wong Gutiérrez, premio del concurso 2022 Aniversario del Triunfo de la Revolución, del Ministerio del Interior.
Sin embargo, aclaró que no solo se trata de sus pensamientos, “sino también con la vasta experiencia que ya poseen nuestro órganos, que lograron hacer fracasar más de 600 atentados contra el Comandante en Jefe Fidel Castro”
Opino que Armas de guerra devela los entresijos de un mundo de conspiraciones y nexos criminales contra nuestro país, algo que no deja de ocurrir e incluso se incrementa hoy en día.
A la vez, prosiguió, rinde tributo a esos hombres y mujeres que han defendido y defienden la Revolución Cubana, muchas veces desde el más profundo anonimato, en las entrañas del imperio y sin recabar prebendas o estímulos de ninguna índole.
La novela tiene la virtud de mostrarnos la manera en que se conciben por dentro los planes enemigos, sus métodos y la profesionalidad con que lo hacen, subrayó.
Al decir Marrero Fernández, pese al difícil y complejo escenario económico y financiero por el que atraviesa el país, lo cual se refleja en la industria poligráfica y en la publicación de libros, los escritores cubanos siguen produciendo sus obras y las instituciones los acompañan en su publicidad, promoción y darlas a conocer al público lector.
Enrique J. Wong Gutiérrez, autor de Actos de guerra, domina los códigos de la novela de espionaje, acreditada también como thriller político, y sus mayores cultores en Cuba son Luis Rogelio Nogueras y Daniel Chavarría, ambos fallecidos.