Que municipios y provincias en Cuba tengan autonomía para decidir su desarrollo económico y social no representa crear desigualdades ni competencias.
Se trata de impulsar las potencialidades de cada territorio a partir de sus recursos y la acertada planificación y ejecución de los presupuestos.
Se requiere de responsabilidad y sabiduría para conducir esta nueva forma de gobierno local.
Los recursos de cada localidad deben explotarse con racionalidad e inteligencia para desarrollar fortalezas de cada región.
La fuerza productiva tiene el principal protagonismo en las acciones a emprender y no sólo en entidades estatales, si no en la creación de mipymes, proyectos privados, y toda forma de trabajo.
Zonas urbanas, rurales y pequeñas comunidades tendrán en lo adelante, lo que sean capaces de generar.
Crear riquezas, satisfacer las necesidades de la población, y caracterizar cada territorio, pondrá a prueba la capacidad de sus directivos y de su población, como nuevo estilo de gobierno en Cuba.
El 2023 trae retos y los resultados decidirán el futuro.