La Asamblea General de la ONU celebra hoy una sesión sobre Gaza luego de que en diciembre pasado el veto de Estados Unidos hiciera fracasar el reclamo para un alto al fuego en el Consejo de Seguridad.
El foro acogerá un debate sobre el contexto en el Medio Oriente, incluida la cuestión palestina, luego de que se desestimara una enmienda para el proyecto de resolución presentado al órgano de seguridad el 22 de diciembre.
El borrador, introducido por Emiratos Árabes Unidos, exigía inicialmente el cese de las hostilidades, pero las negociaciones de cinco días para evitar su fracaso limitaron el reclamo a pedir «condiciones para un cese sostenible de las hostilidades» así como la entrada de mayor asistencia.
Antes de su aprobación, la delegación rusa propuso enmendar el texto pidiendo “la suspensión urgente de las hostilidades” para el acceso humanitario seguro y sin trabas, así como la adopción de “medidas tendentes al cese sostenible”, pero el veto norteamericano se interpuso.
La resolución finalmente aprobada no incluyó el reclamo para detener el conflicto, aunque llamó a cumplir con las obligaciones para su conducción y la protección de la población y sus bienes; el acceso humanitario así como del personal a cargo de la ayuda y su libertad de circulación.
Sin embargo, las principales voces del organismo insisten en la necesidad del fin de los combates de proporciones catastróficas que acumulan más de 22 mil palestinos muertos mientras el hambre, el hacinamiento y desplazamiento provocan más dolor en los civiles.
A juicio del propio secretario general, António Guterres, ante las dimensiones de la crisis en Gaza se necesita mucho más que la resolución aprobada.
Un alto el fuego humanitario es la única manera de comenzar a satisfacer las necesidades desesperadas de la gente en el enclave y poner fin a su pesadilla en curso, enfatizó el titular de la ONU en una comparecencia ante la prensa el pasado mes.
A la par, el alto representante señaló otras preocupaciones como el riesgo continuo de una conflagración regional más amplia.
Guterres alertó de la escalada de violencia en la Ribera Occidental ocupada, los intercambios de disparos a través de la Línea Azul entre Israel y Líbano y los efectos colaterales de los continuos ataques de grupos en Iraq y Siria, así como los de los hutíes contra buques en el Mar Rojo.