Tanto los distintos virus que están circulando en la provincia, como las altas temperaturas de este verano propician que muchas personas sufran de deshidratación, una afección que puede traer consecuencias fatales para las personas.
La deshidratación es la consecuencia de la pérdida de demasiado líquido del cuerpo, porque se ingiere poco o debido a sufrir alguna infección. Los niños y los ancianos son los más propensos a sufrir de esta condición.
Cuando una persona tiene vómitos, diarreas, neumonía y otras afecciones, puede padecer de una deshidratación leve, moderada o grave, que deben ser tratadas de inmediato.
Por estos días autoridades del Ministerio de Salud pública han emitido alertas de mayor ocurrencia de enfermedades respiratorias, digestivas, dengue, COVID-19 y otras que se presenta con mayor frecuencia en el verano y que propician que los enfermos se deshidraten con facilidad.
Los síntomas de esta condición son: boca seca o pegajosa, sequedad en la piel, náuseas y vómitos, mareos, entre otros, y los casos extremos, es una emergencia médica porque pone la vida en peligro.
La recomendación es tomar suficiente líquido, preferiblemente agua, en caso de tener alguna de las enfermedades relacionadas o simplemente, por las altas temperaturas del verano, las cuales provocan mayor sudoración y pérdida de líquido en el organismo.