Cuba vive hoy otro día más bajo el férreo bloqueo de Estados Unidos, cuyo propósito es ahogar al pueblo de la isla y provocar incidentes desestabilizadores como los ocurridos hace un año.
Amaneció con sol en la ínsula caribeña y la tranquilidad anuncia otra jornada en que los cubanos se aprestan a encarar las dificultades que la política de cerco provoca en su vida cotidiana.
El presidente Miguel Díaz-Canel consideró la víspera que resultó victoria revolucionaria y popular la que encaró la intentona por revertir la legalidad y orden constitucional aquel 11 de julio de 2021.
Un año pasa volando, dice el dicho, pero en Cuba se trata de 365 días más de encarar y avanzar bajo el más cruel y encarnizado bloqueo, según ha dicho el mandatario.
Fue un año bajo la política del presidente demócrata, Joe Biden, quien mantuvo las 243 medidas punitivas contra Cuba de su antecesor, el republicano Donald Trump.
Hace cinco años Trump llegó a Miami para confirmar que revertiría el gradual proceso de normalización de relaciones iniciado por Barack Obama (2009-2017).
Fue una marcha atrás forzada, que luego completó con la inclusión de la isla en la unilateral lista de países que apoyan el terrorismo, con lo que la Casa Blanca dio otro paso hacia la internacionalización del cerco económico, comercial y financiero.
El bloqueo tiene un impacto real y devastador para las familias cubanas.
Sus daños cuantificables, en más de seis décadas, superan el billón 326 mil 432 millones de dólares.
Este 11 de julio la cuenta seguirá aumentando.
Faltarán medicamentos que el gobierno de Estados Unidos prohibe expresamente que el Ministerio de Salud Pública importe. También otros insumos necesarios para el día a día de cualquier país.
Será otro lues bajo el bloqueo, también de repulsa mundial a esa política genocida y de reconocimiento a la resistencia del pueblo cubano.