La violencia en Haití provoca un crisis con dimensiones políticas, humanitarias y de seguridad que impacta en todos los ámbitos, aseguró hoy Carl Skau, director ejecutivo adjunto del PMA.
Consencuencias como los desplazamientos, las perturbaciones en el comercio y la economía mantienen al país en la peor situación humanitaria desde el terremoto de 2010, agregó el representante del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en declaraciones a la prensa.
Como resultado, cerca de cinco millones de personas padecen inseguridad alimentaria aguda en la categoría tres, cuatro o cinco del índice estimado por Naciones Unidas, con un máximo de cinco.
Tras una reciente visita a la nación caribeña, Skau consideró necesario reforzar el apoyo en materia de resiliencia y desarrollo tanto dentro de Puerto Príncipe como en otros lugares para tratar de romper el círculo vicioso.
“No habrá éxito en el ámbito político a menos que también intensifiquemos nuestra asistencia a la gente”, isistió el director adjunto del PMA.
El funcionario confirmó que esa entidad de Naciones Unidas apenas cuenta con sumunistros para las próximas seis semanas en medio de las serias preocupaciones por el escaso financiamiento para atender la crisis y la falta de acceso por tierra, mar y aire a Haití.
«Estamos tratando de realizar la mayor cantidad de adquisiciones locales posible, pero creo que esas fuentes también están empezando a agotarse», advirtió.
Como alternativa, el Programa necesitaría reponer sus insumos con envíos a través del aeropuerto internacional, también afectado por las acciones de las bandas organizadas que controlan el 80 por ciento de la capital haitiana.
De acuerdo con el funcionario, cada mes el PMA brinda apoyo alimenticio a 500 mil haitianos, pero las necesidades superan la actual capacidad operativa.
Se necesita una respuesta de emergencia en Puerto Príncipe, y poder seguir brindando otros tipos de apoyo, incluido el apoyo al desarrollo en el resto del país, dijo Skau.