La reconocida emisora radial tiene un espacio ganado en el corazón del pueblo
«Nada es el hombre en sí, y lo que es, lo pone en él su pueblo. En vano concede la naturaleza a algunos de sus hijos cualidades privilegiadas; porque serán polvo y azote si no se hacen carne de su pueblo, mientras que, si van con él, y le sirven de brazo y de voz, por él se verán encumbrados, como las flores que lleva en su cima una montaña».
Este razonamiento martiano se ajusta toda una montaña en la familia radial, a una emisora cuyos hijos la han hecho florecer nada menos que durante 95 años. Por mucho sentido de pertenencia que se pueda tener por esta institución patrimonial de la cultura cubana, son los oyentes quienes hablan por uno al resguardar, en las honduras del alma, los nombres de emblemáticos espacios radiales y sus protagonistas. ¿Quién se atrevería a negar que todo el país se paralizaba para escuchar el sketch humorístico de Alegrías de sobremesa, escrito por Alberto Luberta? ¿O tratar de minimizar el impacto que durante décadas tuvo el programa Nocturno con la inconfundible voz del locutor Juan Ramón González Ramos? A su vez, pocos conductores han alcanzado tanto prestigio en su desempeño por promover nuestra música como lo hizo Eduardo Rosillo en la Discoteca de Radio Progreso.
Pero si de música foránea se trata, a Jorge Gómez le corresponde el mérito con su programa Perspectiva, de haber puesto por primera vez hacia finales de los años 70, temas musicales tanto de Pink Floyd como de Vangelis o de Ravi Shankar, un hecho inédito en nuestro entorno sonoro de entonces.
Otro de esos nombres imprescindibles que engrandecen a Progreso es el de Julio Batista, cuyo legado humanista llegó a calar profundamente en los oyentes habituales de sus espacios Este es nuestro José Martí y Punto de vista. Y el otro poderoso bastión de nuestra vetusta emisora son sus espacios dramatizados como La novela de las dos, La gran aventura de la humanidad o La novela cubana, en las cuales directores de alto rango profesional como Gilberto Enríquez, Moraima Osa, Abelardo Rodríguez y Caridad Martínez recrearon novelas para captar plenamente la atención del oyente, como es el caso de Regreso a las cumbres, un original de Joaquín Cuartas, bajo la dirección de Caridad Martínez.
Por último, nuestro mayor respeto y admiración por el colectivo de Juventud 2000, programa informativo-musical que ha roto todos los récords de audiencia en las mañanas. Si durante años estuvo marcado por la estelar conducción de Marta Verónica Marcer, ahora es la refrescante voz de Arletty Roque Fuentes quien con la entrega de Juan Carlos García del Vallín como director, nos confirman que trabajar para Radio Progreso se recibe como el regalo de la vida. (Autor:
)