El ministro de Relaciones Exteriores de China, Qin Gang, detalló hoy la postura del país ante asuntos de importancia regional y global, y adelantó que la agenda prevista en 2023 contempla la organización de encuentros internacionales.
Durante una conferencia de prensa, el canciller anunció que este año la nación celebrará el tercer foro de la iniciativa de la Franja y la Ruta para la Cooperación Internacional y la primera cumbre bilateral con Asia Central, como parte de sus planes para ampliar las asociaciones y promover un nuevo tipo de vínculos entre los distintos Estados del planeta.
“Mientras el mundo enfrenta cambios grandes y nunca vistos en un siglo, China seguirá impulsando un política exterior de paz independiente e implementando la estrategia de apertura con beneficio mutuo”, indicó.
Según acotó, Beijing siempre estará al lado de la paz, el desarrollo y la estabilidad en el orden global, pero también se opondrá a la hegemonía, el abuso del poder político y el choque de bloques.
Qin habló de las oportunidades derivadas del proceso de modernización de China, negó las acusaciones sobre las supuestas trampas de deudas con el proyecto de la Franja y la Ruta de la Seda, y aseguró que ayudó a crear empleos, reducir la pobreza y mejorar la infraestructura en los territorios participantes.
Respecto a las relaciones con Rusia, enfatizó en que no apuntan a terceros y sí buscan proteger la multipolaridad, la democracia y el balance en los asuntos internacionales.
Reiteró la apuesta por iniciar lo antes posible las negociaciones de paz para darle fin al conflicto en Ucrania, tras remarcar que “las sanciones y la presión no resolverán el problema, y se necesita calma, razonamiento y diálogo”.
Convocó a Estados Unidos a abandonar el empeño de contener a China, hacer más por depurar los lazos bilaterales de fricciones y trabajar juntos por lograr una coexistencia pacífica.
Entre otras cuestiones, Qin reafirmó la soberanía del gigante asiático sobre Taiwán, destacó el rol de los jóvenes en el desarrollo nacional y deploró que la estrategia occidental en la región del Indo-Pacífico apunte a la confrontación.