Al quehacer cotidiano de nuestras vidas muchas veces escapa la amenaza que aún tenemos de contraer enfermedades endémicas, típicas de la región geográfica en que vivimos.
La alta incidencia por estos días de dengue en Cuba, provoca relegar importancia a la posibilidad de contraer la COVID-19, pandemia bien controlada gracias a las vacunas cubanas y su aplicación masiva en la población, sin embargo, el virus continúa circulando y enfermando personas.
El Ministerio de Salud Pública hizo un llamado a “mantener las precauciones para evitar el contagio de la COVID-19, teniendo en cuenta la proximidad de las festividades de fin de año, donde se concentran gran cantidad de personas”.
Respecto al dengue, evitar su propagación requiere de una disciplina personal y en los hogares para combatir su agente transmisor, el mosquito Aedes aegypti.
En la lucha contra ese vector, las autoridades sanitarias recomiendan “cambiar frecuentemente el agua de los bebederos de animales y de los floreros, tapar los recipientes con agua, eliminar la basura acumulada en patios y áreas al aire libre, y eliminar llantas o almacenamiento en sitios cerrados”, entre otras acciones de higiene.
El asecho de la COVID-19 y el Dengue continúan siendo un problema de salud en Cuba y en el comportamiento de las personas está un buen porciento de evitar padecerlas.
