El tema de las empresas agropecuarias con pérdidas es viejo y harto conocido en el ámbito económico nacional. Lacera a esas entidades, a sus trabajadores y a la población. Las causas eran básicamente ineficiencia productiva y falta de acceso a insumos y tecnologías, mas, el ordenamiento monetario trajo otra: el diseño.
Ante tales disyuntivas se ha alzado la voz de los trabajadores porque No todas las entidades con pérdidas son ineficientes.
Por ejemplo, hace un tiempo se hablaba sobre la Empresa Avícola de Ciego de Ávila en términos de gallinas de oro, líder en el indicador huevo por ave, mejor colectivo de su tipo en el país, entidad Vanguardia Nacional…
Sin embargo, la producción fue de 25 millones de unidades menos que la planificada en el 2022. En la unidad de ponedoras del municipio de Primero de Enero, por tradición insignia de la avicultura cubana, tampoco pudo superarse la crisis que obligó a acopiar 223 posturas por ave el año pasado, contra 296, en el 2019.
Hoy la economía está cascada como el huevo roto con más de 35 millones de pesos de pérdidas acumuladas el pasado año y 24 millones 600 mil planificadas para el 2023.
De manera que azorar las pérdidas económicas en la Empresa Avícola avileña resultaría difícil, pero no imposible si se cumplen los reclamos de sus trabajadores de reordenar lo desordenado, tal como el diseño de una tarea en la economía cubana que le arrancó las utilidades a la avicultura avileña.