Acercar la atención médica a la población vulnerable es un acto sensible
que en estos tiempos en lo que Cuba atraviesa grandes problemas
económicos y sociales, se convierte en acto de justicia y derechos
humanos.

Y un ejemplo fue que este mes profesionales de 15 especialidades del
hospital provincial docente Doctor Antonio Luaces Iraola, de Ciego de
Ávila, se trasladaron a la comunidad rural Segundo Congreso, del
municipio de Majagua.

Los ancianos y niños fueron los más beneficiados, aunque en general,
cada persona asistida se favoreció con el examen médico, ante síntomas
de alguna enfermedad.

Que una brigada de especialistas de la atención secundaria de salud,
examine a residentes de los más intrincados poblados de la provincia,
evita que estos tengan que viajar por sus medios propios a la capital
avileña, en tiempos en los que el transporte público es muy limitado.

No todas las afecciones se pueden solucionar con estas visitas porque en
ocasiones se necesita pasar por otros medios de diagnóstico, pero sí
alivia los padecimientos de muchas personas.

Las máximas autoridades del gobierno cubano reiteran con mucha
frecuencia, la necesidad de atender a las personas vulnerables, de todas
las edades, que no pueden quedar abandonas a su suerte; de ahí que
cada iniciativa que se tome al respecto, cumple con el deber de servir a
quienes más lo precisan.

El cuidado directo a los más frágiles es una premisa de esta época difícil
para Cuba, cuando la justicia social atenúa carencias materiales y hace
crecer la esperanza de tiempos mejores.