Contabilizada la mayoría de los votos emitidos en las pasadas elecciones generales en Sudáfrica, el Congreso Nacional Africano (ANC) marcha delante en lo que presagia una clara victoria de ese partido.
Al momento de ser escrutado el 62.4 por ciento de los votos, el ANC acumula el 41.9 por ciento del favor del electorado.
En éstas séptimas elecciones nacionales y provinciales democráticas de Sudáfrica se registró una participación del 58.5 por ciento de los electores registrados, según cifras de la Comisión Electoral Independiente (CEI).
Reportes de esa entidad, así como de múltiples observadores internacionales, apuntan a que los comicios se realizaron sin que se produjeran incidentes de alguna significación.
En un bastante lejano segundo lugar se encuentra la conservadora Alianza Democrática (DA), con un 22.9 por ciento de los votos, aunque a nivel provincial parece haber ganado nuevamente la sureña Western Cape, con
el 52.7 por ciento.
Una de las principales novedades en los resultados de este año es el establecimiento del nuevo partido uMkhonto we Sizwe (MK) que, con el 44 por ciento de los votos registrados hasta el momento, ganó la suroriental provincia de KwaZulu-Natal, por delante del ANC que en esa demarcación solo ha logrado alrededor del 19 por ciento.
A nivel nacional el MK se ha constituido así, con el momentáneo 11.8 porciento, en el tercer partido político –por su apoyo popular- del país.
De otro lado, a pesar de discursos demasiado optimistas, los Luchadores por la Libertad Económica (EFF), con un provisional 9.5 por ciento, quedó relegado al cuarto puesto como fuerza política nacional.
De mantenerse los actuales porcientos, algo bastante probable, para formar el futuro Gobierno el ANC deberá conformar una alianza con otras de las fuerzas políticas para contar de conjunto con la mayoría parlamentaria.
En sus elecciones nacionales los sudafricanos no votan por el futuro Presidente, sino que su sufragio directo y secreto es para elegir la composición partidista de la Asamblea Nacional.
A su vez, esos legisladores recién electos, agrupados en bancadas por representación proporcional según los resultados de las elecciones de esta semana, eligen al nuevo jefe de Estado dentro de los 30 días posteriores a los comicios.