Nuestra América, como la llamó el Héroe Nacional José Martí en su célebre ensayo de enero de 1891, vive momentos cruciales con las groseras amenazas y acciones de la actual administración norteamericana en contra de la República Bolivariana de Venezuela, situación que se agrava con el retorno al poder de la derecha y la ultraderecha en países como Bolivia, Argentina, Ecuador o Chile, hasta hace poco con gobiernos progresistas.
Blandiendo su nueva Estrategia de Seguridad Nacional y del “Corolario Trump”, que reivindica la nefasta Doctrina Monroe, y con una arrogancia sin par, el presidente yanqui recién impuso un
bloqueo naval a la patria del Libertador Simón Bolívar y el comandante Hugo Chávez, exigiendo que le sean “devueltos” a los Estados Unidos el petróleo, tierras y riquezas mineras, como si fueran de su propiedad, cuando su legítimo dueño es el pueblo de la nación sudamericana.
Violando el Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas, quebrantando la condición de América Latina y el Caribe, como Zona de Paz, el gobierno estadounidense levantó falsos
argumentos de luchar contra el tráfico de drogas y acumuló en el Mar Caribe, frente a las costas venezolanas, a la mayor flota militar desde los tiempos de la criminal invasión a Panamá, en
diciembre de 1989.
Con esa fuerza se dedicó previamente a ejecutar extrajudicialmente en alta mar a supuestos narcotraficantes para luego, en acto de piratería y terrorismo marítimo, el 10 de diciembre asaltar a
un buque petrolero en aguas internacionales con el fin de robarse su cargamento, creando un muy peligroso precedente en detrimento del libre comercio internacional y la libertad de navegación entre naciones soberanas, que daña a la comunidad internacional en su conjunto, incluyendo a Cuba.
Esas acciones son la antesala a una agresión militar directa a Venezuela, con el afán no solo de destruir a la Revolución bolivariana y chavista, sino además alcanzar la ansiada derrota de la
Revolución Cubana y las ideas de su líder histórico Fidel Castro Ruz, el objetivo declarado sin rodeos por el secretario de Estado, Marco Rubio, al `periódico New York Times.
Ante la gravedad de la situación, la Central de Trabajadores de Cuba, los Sindicatos Nacionales y la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (ANIR), condenamos enérgicamente las
amenazas y actos del fascistoide Donald Trump y su gabinete de millonarios, que ven en Venezuela el gran botín por donde impulsar la restauración de América Latina y el Caribe como su patio trasero, condición que comenzó a desmoronarse con el triunfo de la Revolución Cubana y recibió el tiro de gracia con la constitución del ALBA-TCP y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
También hacemos un llamado a todos los pueblos del mundo, en particular al de los Estados Unidos, mayoritariamente en contra de la pretendida agresión militar de su gobierno contra Venezuela; a las organizaciones de sindicales, gremiales y de solidaridad, a rechazar esa intención por su total ilegitimidad y las graves consecuencias que tendrá para la seguridad y la estabilidad en la región, más necesitada de concentrarse en resolver acuciantes retos económicos, sociales y ambientales.
Recordamos que la región de América Latina y el Caribe fue proclamada como Zona de Paz por todos los jefes de Estado y Gobierno de la región, en la II Cumbre de la CELAC, celebrada en La
Habana, en 2014, la cual mantiene plena vigencia.
En esta hora crucial, volvemos a José Martí y su ensayo “Nuestra América”: “(…) ¡los árboles se han de poner en fila para que no pase el gigante de las siete leguas! Es la hora del recuento, y de
la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes.»
La Habana, 18 de diciembre de 2025.
