En tu nombre llevas impresa la fidelidad de las ideas y la grandeza de quién lo entregó todo, cómo dijeras en tu alegato de autodefensa.
«Llevo en mi corazón las doctrinas del maestro, pero también el dolor del pobre, de los oprimidos…”
Al lado del deber y de la fuerza telúrica de tu obra llamada Revolución, esa que vio la luz en tus entrañas y estremeció los más recónditos parajes de la isla, de esta isla que se levanta enardecida llevando cómo escudo tu legado.
Te sabemos presente, te sentimos en el Saratoga, en Matanzas al lado de cada bombero, desafiante en defensa cada pedazo de esta tierra, como lo expresaste en ese concepto altruista de amor al prójimo.
En tu cumpleaños celebramos, por qué seguimos caminando multiplicados en una masa que aclama a viva voz «Yo soy Fidel».
Serán muchos los agostos en que las calles de Cuba se llenen de tu presencia Comandante, porque al igual que en el Moncada, el Granma, la Sierra y Girón, caminas erguido, seguro de que venceremos.